La pregunta no es qué debo comunicar y qué no. Algunas de las posibles “verdaderas” preguntas son: Lo comunique o no, ¿cuánto tardarán en saberlo? ¿Vale la pena gastar energía en ocultarlo si, más pronto o más tarde, más o menos distorsionado, va a acabar sabiéndose? ¿Cuánto tiempo y recursos invierto en “no decirlo” y cuanto en desmentir rumores”? ¿Son los afectados por una noticia los últimos en enterarse? ¿Cuáles son los costes derivados de las resistencia generada por no informarlos y comprometerlos desde el principio? ¿Realmente cree que “los secretos” no trascienden? ¿Cuánto tiempo tarda ese secreto” en expandirse por las redes informales?
Carlos, en efecto, estaba pálido. Significara lo que significase “mañana se llevan los muebles” algo en su interior le decía que no podía ser nada bueno, así que preguntó a Marcela: “¿Mañana se llevan los muebles?”.“Sí, eso me ha dicho Antonio, el de mantenimiento”, le respondió Marcela mientras situaba sus útiles de trabajo a pie de la escalera que también debía limpiar y que la conducía a la planta 4, la que más trabajo le daba.
Jordi López Datell, Consultor y autor de “Creo, luego Creo” y “Hacer Pîña”.
jordilopez@teamtowers.com
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