La gestión de los Recursos Humanos se ha visto afectada de forma directa por la COVID-19, que inevitablemente seguirá condicionando la actividad de las organizaciones en 2021, año en el que será necesario graduar los repentinos cambios impuestos por la pandemia en el entorno laboral. Según Watch&Act, consultora española de transformación para grandes cuentas, repensar, reformular y adaptar esos cambios que han llegado para quedarse será el gran reto que deberá formar parte de la gestión del talento de cara al próximo año.
“La pandemia nos ha obligado a acelerar aspectos que estaban ya ahí, pero que en muchos casos no terminaban de irrumpir en el escenario social: teletrabajo, flexibilidad, virtualización, digitalización, etc. Todos ellos se quedarán en el futuro, aunque se graduará su uso, sin duda, y esto nos llevará a un escenario diferente al actual, pero también al que existía antes de la COVID-19”, asegura Luis Fernando Rodríguez, CEO de Watch&Act.
El experto considera que la situación generada por la pandemia va a requerir también una reformulación de la cultura empresarial, que deberá definir los nuevos valores y nuevos propósitos, recuperar la confianza perdida de los empleados, atendiendo más que nunca a factores humanos y emocionales, y reforzar su compromiso con el proyecto de la organización.
Tendencias en gestión del talento
Para Watch&Act, las tendencias que marcarán la gestión del talento y la evolución de los Recursos Humanos durante el año próximo son:
- Motivación y liderazgo. Los nuevos entornos de trabajo obligarán a desarrollar formas de relacionarse, de vincular a los empleados y colaboradores y de dirigirlos de una forma más integradora y facilitadora, buscando modelos de liderazgo más próximos al coaching que al ejercicio tradicional de la autoridad.
- Teletrabajo sí, pero en menor medida. Las reuniones presenciales se retomarán, pero no en la misma proporción que antes de la pandemia, del mismo modo que los viajes y desplazamientos. El teletrabajo obligará a racionalizar los procesos y a aumentar la eficiencia para incrementar la calidad del trabajo.
- Nuevas capacidades. La robótica y la inteligencia artificial van a reemplazar a un número indeterminado de puestos de trabajo, por lo que los perfiles humanos deberán superar el nivel de la máquina, así como especializarse en aspectos competenciales más relacionados con las emociones y las habilidades personales y sociales.
- Colaboradores externos. Aumentará el empleo de freelancers, con los cuales se establece una relación contractual no exclusiva y asociada a proyectos y tareas determinadas, con niveles altos de compromiso con el proyecto de empresa.
- Digitalización de los procesos de selección. Los procesos de transformación hacia la digitalización obligarán a innovar, actualizar y diseñar planes de gestión del cambio. Entre ellos, la normalización de las entrevistas por videoconferencia, que pueden incluir la visualización de vídeos cortos pregrabados por el candidato o la realización de dinámicas o juegos de rol en remoto.
- Trabajo colaborativo. Habrá una tendencia creciente hacia la gestión de proyectos y modelos colaborativos basados en herramientas tecnológicas. Aunque ya se estaban utilizando, se mejorará su uso, con más frecuencia y con mayor conocimiento, aprendiendo las nuevas reglas de usabilidad.