Estamos más tiempo con la familia pero no lo disfrutamos y, lo que es peor, somos conscientes de ello y eso afecta a nuestro equilibrio emocional. Los datos que aporta al respecto el estudio ‘Cigna 360 Well-being Survey’ no deja lugar a dudas: sólo el 13% de los españoles califica de excelente el tiempo de calidad que pasa con sus allegados, el 76% de los que tienen hijos manifiesta sufrir estrés y el 40% lo relaciona con el trabajo.
La falta de conciliación tiene graves consecuencias en el bienestar de los empleados y, en última instancia, en su productividad.
“Es importante que las empresas sean conscientes de que no hay dos trabajadores iguales. Cada uno gestiona distintos factores de estrés en su vida profesional y familiar y, por tanto, necesitan diferentes niveles de apoyo por parte de su compañía. Por eso, es fundamental que los departamentos de RR. HH. entiendan el papel central que desempeña la familia en la vida de una persona y desarrollen iniciativas que promuevan la salud familiar para, de este modo, impulsar la salud holística de los empleados”, señala María Sánchez, e-Health Medical Manager de Cigna España.
Para conseguirlo, este proveedor de servicios de salud propone cuatro claves con las que potenciar la salud familiar desde la organización y adaptarse a los retos del futuro:
• Definir una política que tenga en cuenta las necesidades de los empleados. Implantar iniciativas de flexibilidad es beneficioso para la empresa y para la plantilla, ya que fomentan la conciliación y la motivación de los empleados. Algunas de estas prácticas que se pueden empezar a poner en marca en la época estival son: jornada intensiva en el mes de agosto, flexibilidad horaria, apoyo al cuidado de los niños o acceso a servicios como la telemedicina a fin de brindar un acceso a atención médica en cualquier momento y lugar.
• Integrar iniciativas de salud familiar dentro de la cultura corporativa. Las mejores empresas priorizan impulsar una cultura de apoyo en su lugar de trabajo, lo cual supone una mayor
capacidad para adaptarse a las necesidades cambiantes de sus trabajadores. En este sentido, es esencial que sean proactivas al comunicar que la salud integral de la plantilla es su máxima prioridad, tanto en la oficina como fuera de ella.
• Revisar regularmente las políticas establecidas. Una vez implementadas nuevas políticas de salud y bienestar, es importante analizarlas, supervisarlas y revisarlas a la vuelta de las vacaciones en función de los niveles de productividad, absentismo, contratación, retención y retorno al trabajo. Gracias a ello, se podrán realizar mejoras o ajustes a fin de adaptarse a las necesidades cambiantes de los empleados.
• Mantener un diálogo abierto con la plantilla. La comunicación lo es todo. Convertirse en una empresa que se preocupa por los familiares de los empleados se traduce en mayor transparencia entre la organización y su fuerza laboral. Ambas partes deben sentirse cómodas al compartir puntos de vista sobre el entorno laboral o sobre su capacidad de desconexión durante las vacaciones y proponer formas de seguir avanzando. De este modo, la fuerza laboral se sentirá más valorada.
Por supuesto, estas pautas deben compatibilizarse con brindar recursos que les ayuden a gestionar el tiempo de trabajo de forma efectiva y hacer frente a las demandas de la vida moderna.