Como consultora especializada en RRHH, Desarrollo de Carreras Directivas y Liderazgo Intergeneracional, veo que nos encontramos en plena Revolución y RE- evolución social, organizativa, personal y profesional, y como consecuencia, impacta económicamente con sus respectivos replanteamientos. Esto nos está poniendo a prueba en todas nuestras dimensiones, capacidades y competencias, tanto a nivel público institucional, como privado.
Desde luego que el COVID19 nos ha removido pensamientos, estructuras, procesos, enfoques, filosofías, valores… y un sinfín de prácticas diarias a las que algo tan simple como dar valor a un encuentro personal, un viaje, un intercambio grupal, en definitiva, libertad de movimiento en el día a día de forma natural, donde tras las limitaciones, antes no y ahora sí, es de suma importancia.
Y tras orientar y desarrollar a más de 5.000 profesionales durante mi trayectoria profesional, desde jóvenes Juniors, a profesionales Senior, el denominador común en la mayoría de los casos, es que no se han parado a reflexionar con la intención de conocerse, y reconocerse en sus logros personales y profesionales, en cuál es su valor, en lo que han aprendido, y en lo que pueden aportar. La falta de contribución personal y profesional, a veces no es por falta de talento, sino por falta de reflexión, de dirección, de ejemplo, de conocimiento para trazar tus propios objetivos, acorde a lo que nos motiva/ interesa, poniendo foco y concreción en algo tangible, convencidos del objetivo que se desea alcanzar. Y ahora más que nunca, esto es fundamental reforzarlo.
Aquí y ahora es donde dejamos en evidencia nuestro saber hacer, nuestra eficiencia y eficacia estratégica y operativa, nuestra capacidad creativa y resolutiva, nuestra iniciativa y nuestras habilidades comunicativas para transmitirlo. También vemos por otra parte nuestras limitaciones, y falta de claridad que presentamos a la hora de afrontar, resolver, crear y aportar valor ante los cambios que nos afectan.
Y extrapolándolo a la parte empresarial, desde mi experiencia en la Dirección de RRHH pienso que el directivo, el profesional de a pie, el padre y madre de familia, los hijos que inician sus carreras, o aquellos que se encuentran en su crisis personales vitales, se ven en situación de enfrentar los cambios cara a cara, y hasta aquí nada nuevo; pero el COVID19 nos exige ACCIÓN INMEDIATA, ya no podemos hacer mirada lateral y quedarnos impasivos, porque lo estamos viviendo como necesidad de urgencia en 1ª persona, debemos hacer algo con nuestros negocios y con nuestras vidas, porque se nos han trastocado nuestras bases y nuestro estado de confort. Por tanto ya no sólo es de una cuestión de desarrollo profesional/empresarial, sino que también se debe apelar a la automotivación y desarrollo personal.
Así pues de forma inminente el cambio está servido, y promete ser una situación de medio largo recorrido, donde lo que era obvio, ya no lo es tanto, cambian paradigmas y nuevas formas de hacer, que nos llevan a la fuerza a experimentar. Y bajo mi opinión profesional, aquellos que sean capaces de revisar con humildad su pasado, identificar sus logros y aprendizajes, identifiquen de qué se sienten orgullosos, y decidan CREAR para APORTAR su experiencia al SERVICIO de los demás, desde su experiencia, posición, conocimiento y buen hacer, serán los que triunfen en el nuevo escenario, tanto seas directivo como profesional de un equipo.
Esto significa salir de un estatus y estilo empresarial paternalista, donde se requiere potenciar la iniciativa y la visión creativa en todos, con FE y FUERZA en nosotros mismos (como diría mi querido amigo Pedro Fernández-Villamea Alemán), a lo que añado, impulsando, motivando, ilusionando con nuestro ejemplo a las nuevas generaciones, mentorizándolas y empoderándolas desde UN ESTILO DE LIDERAZGO que integre LA DIVERSIDAD GENERACIONAL.
Por tanto, esta situación nos exige un estilo y forma de hacer de mente abierta y clara, que tenga en consideración y sepa identificar, medir, gestionar y desarrollar la diversidad de talento aportado por cada generación, sabiendo movilizar sus propias expectativas. La organización debe conocer MUY BIEN su propio “mapa de carretera”, teniendo claridad sobre quién y que tengo en mi organización, aprovechando TODOS sus RECURSOS para activarlos y ponerlos en ruta, ante el momento que nos toca vivir.
Y LAS NUEVAS TENDENCIAS LABORALES a raíz del covid 19 y los NUEVOS MODELOS DE LIDERAZGO en las organizaciones, deben ser capaces activar un sistema de gestión competencial del Liderazgo Transformador Operativo, que incorpore un Liderazgo Emocional y Colaborativo, como hemos validado conjuntamente con el Observatorio Generaciona.
Identificar las conductas directivas de éxito para lograr un mayor impacto y rendimiento en el trabajo, atendiendo la diversidad generacional, para generar hábitos sostenibles, construyendo una sociedad/equipos/personas donde las nuevas generaciones tengan marcos de referencia sólidos, donde puedan crecer, desarrollarse, donde les miren y les den soporte, donde sean reconocidos.
Y para acabar, que ese sistema a su vez permita la evaluación y gestión del Liderazgo intergeneracional con herramientas que permitan alinear los diferentes estilos y perfiles de liderazgo, con denominador de valores comunes, acordes a la cultura organizativa, de forma que sean un referente ejemplar para las nuevas generaciones, conociendo sus necesidades y gestionando la convivencia interna, aportándose valor recíproco, dando como resultado el engagement y respuestas empresariales eficientes.
Artículo escrito por Inmaculada Tena Navero, Founder & Ceo de Diversia360, Partner de Generacciona, Profesora en EAE Business School.