«Para calificar la IA como la nueva electricidad primero tendrá que ser verdaderamente inteligente y, para eso, necesita alimentarse de conocimiento y no solo de datos». Así lo expresa Javier Martínez Aldanondo, experto en gestión del conocimiento corporativo, en el artículo que la revista ORH recoge en su portada. Por eso no es la mejor estrategia confiar a esta tecnología el cerebro colectivo de la empresa, un cerebro que no dependa de cada individuo y que aprendan solo ¿pero a partir de qué? Para que la IA cumpla esa promesa de incrementar la inteligencia, tienes que desarrollar el modelo de IA de tu negocio.
Martínez Aldanondo explica que el principal activo de una empresa es su inteligencia, entendida ésta como su capacidad de decidir adecuadamente. «La inteligencia no es un objeto sino un intangible que tienen los colaboradores en sus cerebros y por eso es tan difícil de gestionar». La IA promete ayudarnos a resolver ese problema convirtiendo datos e información en conocimiento, y es precisamente en esto, en la distinción entre datos y conocimiento, donde está el petróleo al que la organización no puede renunciar: los datos no son el petróleo, lo es el conocimiento.
Las empresas tienen la gran asignatura pendiente de integrar el conocimiento individual en el conocimiento colectivo y la IA no lo resuelve por sí misma. Los modelos actuales se han entrenado con la “inteligencia mundial” (lo que está en internet) pero no incluyen la inteligencia de tu empresa, e incluso las aplicaciones corporativas de esta tecnología necesitan de incorporar ese saber interno que se resiste a quedarse aunque el talento se vaya.
La IA promete multiplicar exponencialmente esa inteligencia lo que nos obliga a trabajar con 2 elementos que hasta ahora hemos ignorado: por un lado, con el conocimiento que ya tiene la organización (pasado y presente) y por otro, potenciando su capacidad de aprender (crear conocimiento futuro). Cuanto más inteligente sea tu empresa, más y mejor podrá aprovechar la IA. O lo que es lo mismo, la IA exige organizaciones cada vez más inteligentes, organizaciones que aprenden.
A partir de este argumento el autor construye la narrativa para explicar cómo entrenar una inteligencia artificial verdaderamente inteligente con conocimiento del pasado, del presente y del futuro.
Entrevista a Yolanda Martínez Bajo, directora de Talento y Cultura de BBVA España
Muy en línea con la reflexión anterior está la entrevista realizada a Yolanda Martínez Bajo, directora de Talento y Cultura de BBVA España, en la que explica cómo el talento responde con compromiso cuando se le brindan oportunidades de crecimiento. «En esta sociedad que corre tan rápido, en un mundo laboral que se transforma a una velocidad de vértigo, creo que uno de los grandes retos que tenemos es la actualización permanente de conocimientos -afirma-. El reto fundamental en materia de formación pasa hoy, primero, por asegurar que las personas tengan tiempo para formarse y, segundo, por la personalización».
El mejor equipo es el que aúna las expectativas del talento joven y las motivaciones del talento senior
La demografía manda: envejecemos y no hay suficiente tasa de reposición. La pirámide población avanza nubarrones de talento en el futuro que ya están empezando a hacerse notar. Faltan profesionales no sólo en los sectores más punteros, sino también en una amplia mayoría de roles, donde la convivencia generacional es una realidad necesaria. Los desafíos son de cultura de trabajo, de gestión de expectativas vitales y, en lo que al talento senior se refiere, de conseguir que su conocimiento se quede en la organización. Sobre todo ello ha debatido un grupo de directivos de RR.HH. en un desayuno de trabajo organizado con la colaboración de Alfonso Jiménez, socio de Exec Avenue, y de Workday.
Artes existenciales para potenciar la tecnología del yo
La fe ciega ya no es divina, es artificial. La tecnología ha colonizado nuestra vida y no sabemos entender su verdadero para qué. Estamos externalizando nuestra memoria en múltiples dispositivos olvidándonos de que el conocimiento, sin ella, no tiene donde ubicarse. Con ella llegaremos más lejos y, como claramente afirma María Luisa de Miguel en este artículo, también más tontos, a no ser que desarrollemos otra tecnología, la del yo, a través del autoconocimiento, el autocuidado, la automonitorización, el autofeedback, la autocrítica, la autorregulación y la autodirección.
Además, nuestra revista ORH incluye entre sus páginas las secciones habituales y otros artículos que aportan una visión amplia y en profundidad de los Recursos Humanos.
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- Perspectivas Integradas: el horizonte de los seguros de salud en el ámbito corporativo.
- Guía práctica para introducirse en el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial.
- La gestión del talento de los propietarios del conocimiento.
- Últimos pronunciamientos de la judicatura sobre la desconexión laboral.
- Gestión del cambio: transformando silos en bosques.
- Hábitos del liderazgo disruptivo.
- Transición de carrera: ¡Del despido a la acción!
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