Seguramente recuerdes algún nuevo jefe que se incorporó en tu empresa con grandes ilusiones y lleno de energía, pero que con la presión del cambio y justo en los primeros meses en los que se tiene que demostrar la adecuación para el empleo, fue aflojando motores, mimetizándose con la burocracia de la organización, volviéndose caótico o, incluso, llegó a dejar la compañía.
El aterrizaje como nuevo manager puede ser tremendamente abrumador: tomar conciencia de tus responsabilidades, conocer al equipo y al resto de la organización, gestionar el trabajo, asistir a cientos de reuniones, hacer algún viaje que otro, responder emails, mensajes, llamadas, cerrar informes, planificar vacaciones y tareas de tus empleados, sacar adelante algún marrón que otro de los que había esperándote o de los que te caen sin estrenar…, y un largo etcétera.
Como la experiencia es un grado, te dejamos cinco consejos de varios directivos y expertos de éxito en la gestión de equipos, que debes llevar a cabo en tus primeros 90 días (esos must tan de moda) y que te servirán de apoyo en los momentos de desesperación:
1. Construye identidad de equipo
→ Sentido de pertenencia: deberás aprender qué es lo que une a los miembros de tu equipo, a través de la conversación y la colaboración, para generar unión e identidad compartida y extraer los puntos fuertes con los que distinguir al grupo.
→ Aprende haciendo: aunque la preparación y la experiencia cuentan, cuando se trata de gestionar personas, en ocasiones, hay que ir a paso de prueba y error. Hablar con otros directivos con experiencia que no estén en tu línea jerárquica -tanto de la organización como de fuera de la empresa- para que te recomienden o asesoren desde una perspectiva distinta, también te dará horizonte por donde seguir.
→ Da retroalimentación detallada: detecta lo que se puede mejorar y da feedback motivador y tranquilizador, transparente y honesto.
2. Crea un entorno de aprendizaje
→ Escuchar, pregunta y atiende: solo así generarás un entorno de aprendizaje para aumentar las oportunidades de crecimiento de tu equipo y de tu organización.
→ Apoya la curiosidad del equipo para saber qué están dispuestos a aprender y dónde quieren o necesitan mejorar. Entenderás mejor las motivaciones y podrás hacer que confluyan las de trabajadores y empresa. Lo que te convierte en un gran líder y en un gran gestor es tu humildad, tu empatía y tu capacidad de comprender y escuchar.
→ Fomenta el potencial del otro: la curiosidad y la escucha te llevarán a conocer el gran potencial de cada miembro de tu equipo y sacarle partido.
3. Establece objetivos
→ Aplica el CRR del liderazgo: Claridad, Responsabilidad y Rendición de Cuentas.
→ Una primera charla con tu superior te dará claridad a tu misión y la de tu equipo: situación de partida, antecedentes, objetivos a corto, medio y largo plazo, roles, etc.
→ Invita a la gente a compartir su proceso de pensamiento y aprovéchalo para enriquecer la relación, el trabajo y los objetivos.
4. Construye relaciones de confianza
→ Conocer a tu equipo, detalles de su vida, de lo que les importa, y de lo que necesitan de ti hará que fluya la comunicación.
→ Definir valores y puntos fuertes, tanto individuales como del equipo, será una fuente de enriquecimiento común.
→ Hacer sentirles mejor: que todos se sientan escuchados y atendidos te ayudará a crear un mundo laboral con nuestra mejor versión.
5. Nunca hagas suposiciones
→ Sé un líder de mente abierta, sin enjuiciar, y empático, y no realices cambios hasta que no conozcas y comprendas bien a tu equipo.
→ Si nada de esto te funciona, guárdate el as en la mano del cambio: cambiar uno mismo, cambiar la organización o cambiarse de trabajo.
Foto de Kamil Pietrzak en Unsplash