Desde hace meses las mascarillas forman parte de nuestro día a día. Protegen y contribuyen a disminuir el riesgo de contagio por COVID-19 pero pasamos horas con ellas puestas y nuestra piel y ojos empiezan a notarlo. Irritación de la piel, lesiones faciales, acné, sequedad ocular o erosiones corneales o conjuntivales son algunos de los trastornos que está ocasionando el uso prolongado de la mascarilla “o una incorrecta colocación o uso de la misma”, señala José Luis Cebrián, responsable de Prevención de la mutua Umivale.
Por ese motivo, para reducir las lesiones y fomentar el correcto uso de las mascarillas, la mutua Umivale ha elaborado dos carteles informativos con una batería de recomendaciones.
“El uso continuado de mascarillas provoca que la piel esté húmeda por la respiración. Además, la fricción y la presión sobre determinados puntos del rostro como nariz, mejillas y parte trasera de las orejas puede provocar la aparición de lesiones en la piel como irritaciones o rozaduras”, explica Cebrián. “Por lo que respecta a los ojos, el aire expirado sube por el espacio que queda entre los lados de la nariz y la mascarilla y, al ser más húmedo y caliente, puede producir una mayor desecación de la superficie ocular provocando el síndrome de ojo seco”.
Los dos carteles, para difundir en su formato digital o en papel entre las empresas mutualistas, recopilan dieciséis consejos que podemos aplicar para reducir ese impacto negativo en nuestra piel y ojos.
Ocho consejos para prevenir problemas cutáneos
- Mantener una correcta higiene facial. Lavarse la cara con agua y jabones limpiadores que no resulten irritantes para la piel antes y después de colocarse la mascarilla.
- Hidratar la piel, antes y después de usar la mascarilla, empleando cremas adecuadas al tipo de piel que cada persona tenga.
- Evitar maquillarse en la zona de colocación de la mascarilla para evitar que se obstruyan los poros de la piel y que el maquillaje manche el interior de estos elementos de protección.
- No exceder los tiempos máximos de uso y desechar las mascarillas siguiendo las indicaciones de uso del fabricante, renovándolas con la frecuencia que corresponda.
- Usar vaselina para prevenir o aliviar las lesiones de la piel causadas por la presión o fricción de las mascarillas (en zona malar/pómulos, puente de la nariz o detrás de las orejas).
- Aplicar cremas reparadoras si tras el uso de las mascarillas aparecen marcas en el rostro, para cuidar de la piel y evitar/prevenir que se formen irritaciones.
- Si al retirar la mascarilla aparece irritación o se han producido eccemas por la presión, bajo prescripción médica emplear cremas antiinflamatorias con corticoides.
- Acudir a un experto en dermatología si se produce una reacción grave en la piel o se empeoran por el uso de las mascarillas afecciones cutáneas como el acné o la rosácea.
Ocho consejos para prevenir problemas oculares
- Escoger mascarillas que se ajusten lo máximo posible a la parte superior de la cara para dificultar la salida del flujo de aire y, por tanto, evitar la sequedad en los ojos.
- Colocarse correctamente la mascarilla, ajustando el alambre maleable integrado a lo largo del borde superior al puente de la nariz, para evitar fugas de aire hacia los ojos.
- Extremar las precauciones al colocarse la mascarilla para evitar rozar con los bordes la superficie del ojo e impedir así heridas tales como erosiones corneales o conjuntivales.
- Tratar de limitar el tiempo en ambientes con aire seco o con viento para ayudar a proteger los ojos, ya que puede que se sequen más rápido en estas situaciones.
- Evitar la sequedad ambiental mediante el uso de humidificadores. Pueden ser muy útiles para aumentar los niveles de humedad en el aire y mantener el confort térmico.
- Parpadear frecuentemente para mantener la humedad en el ojo y recubrirlo con una nueva capa de lágrimas al tiempo que limpiamos la superficie ocular y la hidratamos.
- Usar soluciones para hidratar los ojos cuando resulte necesario. Ayudan a proporcionar una lubricación extra para evitar que los ojos se sequen.
- Realizar pausas. Descansar al menos 20 segundos cada 20-30 minutos cerrando los ojos para facilitar la hidratación natural, sobre todo con el uso intensivo de pantallas.