Este estudio analiza más de 250 fuentes nacionales e internacionales para identificar las principales tendencias globales en materia de reputación, cultura corporativa, responsabilidad social y otros intangibles que están adquiriendo cada vez más peso dentro de las compañías. Posteriormente, a través de una encuesta a 230 directivos y expertos de 18 países (el 74% de España) revela cómo se están gestionando estas tendencias e integrándose en las estrategias de negocio de las empresas.
De acuerdo con el informe, el 56,1% de las organizaciones consultadas ya ha implantado medidas de flexibilidad y nuevas fórmulas y metodologías de trabajo propiciadas por la incorporación de la tecnología al entorno profesional; dato que asciende hasta el 71% en el caso de las empresas de más de 250 empleados. Entre estas medidas destacan el horario flexible (el 88% de esas entidades ya lo ofrece a sus empleados), el teletrabajo (70%), el trabajo por proyectos (54%) o la implantación de ecosistemas digitales colaborativos (43%).
“La agilidad y la flexibilidad se están convirtiendo en dos características básicas que describen el futuro laboral. Estas nuevas formas de entender el trabajo potencian el empoderamiento de los empleados y les brindan la oportunidad de elegir, en entornos flexibles, cómo optimizar su tiempo para mejorar su productividad y creatividad”, apunta Isabel López Triana, socia fundadora de CANVAS Estrategias Sostenibles.
Asimismo, los empleados conceden cada vez más importancia al hecho de trabajar en empresas que tengan una cultura corporativa comprometida con los valores y el entorno. Según el estudio Voice of the workforce in Europe de Deloitte, el 81% de los trabajadores demanda que su trabajo diario tenga un propósito y les permita aportar un valor a la sociedad, y un 78% valora positivamente trabajar en un proyecto que esté alineado con sus valores personales.
En este sentido, de la consulta de ‘Approaching the Future 2019’ se desprende que el 66% de las empresas están trabajando ya en la redefinición de su cultura corporativa y en la reactivación de los valores, dando un papel preferente a la persona como eje de la actividad.
El informe analiza también cómo repercute en la vida del empleado la incorporación de la tecnología en su día a día laboral y personal. Las tecnologías de movilidad permiten estar 24 horas conectados, lo que hace que la línea que separa el tiempo dedicado al trabajo y a la vida privada sea cada vez más difusa.
En España se han dado algunos pasos hacia la regulación de la desconexión digital, con la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales. Aunque en su artículo 88.1 esta norma asegura que “los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital”, no concreta ni medidas prácticas para su aplicación ni consecuencias en caso de incumplimiento. Mientras, Francia cuenta con una ‘Ley de Desconexión Digital’ para todos los empleados desde 2017.
Por otro lado, la digitalización y la automatización de procesos está obligando a las empresas a llevar a cabo importantes cambios estructurales en sus equipos y en su mentalidad de trabajo. “La forma de trabajar está cambiando, y ello obliga a las compañías a buscar nuevos perfiles profesionales con nuevas capacidades adaptadas a la denominada cuarta revolución industrial, y a los trabajadores a mantener un aprendizaje continuo para tener acceso a nuevas oportunidades laborales”, subraya Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership.