Confiados ante los desafíos que se avecinan. Así se muestran los empleados cuando se les pregunta sobre el futuro. En concreto, el 80% cree que va a poder hacer frente a los retos derivados de la automatización y que va a poder adaptarse a la llegada de las nuevas tecnologías a su puesto de trabajo; una confianza que nace de la capacidad demostrada durante la pandemia para hacer una rápida transición al teletrabajo y del aprendizaje de nuevas capacidad digitales que han realizado. Pero no todo es de color de rosa. La preocupación y la consideración de que sus empleos están en peligro también está presente en muchos de ellos. En concreto, el 61% de los trabajadores está preocupado porque la automatización ponga en riesgos muchos puestos de trabajo (el 67% en España); el 48% cree que el empleo tradicional no existirá en el futuro (el 44% en España), y el 39% cree que es probable que su trabajo se quede obsoleto dentro de cinco años (el 29% en España). Es por ello que el 77% está dispuesto a aprender nuevas capacidades o a reciclarse por completo (el 83% en España).
El Informe “Hopes and Fears 2021” de PwC, que recoge la opinión de 32.500 trabajadores de 19 países, 2.000 en España, constata esa voluntad para aprender y reciclarse por parte de los trabajadores, ahora bien, también llama la atención sobre el riesgo de ampliar la brecha digital:
“Cuando se les ofrece la oportunidad, los trabajadores están dispuestos a reciclarse, pero el acceso a la formación sigue siendo desigual. Los que más necesitan las competencias digitales son los que menos opciones de recibirlas tienen”. Así lo corroboran los datos recogidos en el estudio: el 46% de los empleados con títulos de postgrado afirman que su empresa les ofrece oportunidades para mejorar sus habilidades digitales, pero solo el 28% de las personas con titulación básica dicen lo mismo. Al mismo tiempo, los jóvenes tienen el doble de probabilidad que los mayores de mejorar sus capacidades digitales y los que viven en ciudades 1,5 veces más que los que lo hacen en zonas rurales.
“Si los patrones actuales de acceso a la formación persisten, la mejora de competencias digitales aumentará la desigualdad social cuando deberíamos estar trabajando justo en lo contrario”, advierte Esther Mut, Socia de People and Organisation en PwC. Es por ello que desde la firma se señala que “los líderes de las empresas deben crear oportunidades más inclusivas para mejorar las destrezas digitales de sus profesionales”.
El estudio analiza otros factores demandados por los trabajadores, tales como la flexibilidad, la inclusión o el compromiso empresarial.