La tecnología nos ha abierto una mirilla al mundo en forma de redes sociales que no son otra cosa que redes de comunicación. Twitter es comunicación, Linkedin es comunicación, Facebook es comunicación, independientemente de que esa comunicación luego se traduzca en oportunidades de reclutamiento, de posicionamiento de marca, de venta o simplemente de hacer amigos. Y digo que es una mirilla por que la tecnología corre disparada en esa dirección y su velocidad de reposición va a ser exponencial. Hace quince años los móviles eran casi un gadget para snobs; hoy nadie sale a la calle sin ellos. Internet surgió hace veinte años; hoy lo usan más de 2.500 millones de personas en todo el mundo. Lo mismo va a suceder con las redes sociales y los entornos abiertos: hoy son emergentes, mañana serán cotidianos.
Si no somos tan incautos como para negar toda esta realidad que vivimos, no seamos tampoco tan suicidas como para evitarla. Las organizaciones tienen que entrar en el mundo de la comunicación 2.0 porque si no estarán presentes en los mismos canales en los que ya están presentes sus empleados, sus clientes y la sociedad.
Recursos Humanos tiene en el 2.0 “todo el campo para correr”; es, como dijo Sonia Ruiz en el último de nuestros desayunos ORH, “el entorno natural para una nueva manera de gestionar personas” que trabaje el binomio empresa-negocio desde la perspectiva de la colaboración. También recientemente escuché decir al Director de Google España, Javier Rodríguez Zapatero, que “el cambio de comportamiento genera la catarsis del cambio en la cadena de valor” y trabajar para lograr esa transformación de usos y
costumbres no puede ser obra de nadie más que de RR.HH. Vosotros conocéis los dos pilares de vuestras organizaciones: sabéis del negocio y conocéis dónde reside el conocimiento que lo hace posible. Las redes sociales os dan herramientas con un tremendo potencial tanto en términos de penetración como de coste. No tengáis miedo a equivocaros, eso forma parte del aprendizaje.
