“Debemos abandonar la identificación de la gestión del desempleo con la labor exclusiva de los servicios públicos de empleo. No se puede realizar la atención adecuada a un colectivo de desempleados como el que tenemos actualmente y plantear soluciones a su situación si no especializamos y segmentamos esa gran masa. Por eso, no es suficiente ya con hablar de colaboración público-privada, sino que es necesario ampliar la participación privada en la gestión del mercado de trabajo, segmentando y repartiendo las tareas entre los diferentes gestores especializados. Dejemos que el Servicio Público de Empleo se centre en corregir los elementos básicos y en atender a los colectivos con mayores dificultades y permitamos que sean otros gestores especializados los que se ocupen del resto de colectivos”. Así se ha manifestado Juan Chozas, director de RRHH de Bankia, durante su intervención en la jornada “La gestión de los recursos humanos: retos para la colaboración privada-pública”, organizada por Aedipe Centro, Fundación Sagardoy y Fundación élogos.
Chozas ha expresado la petición que las empresas le hacen a los servicios públicos de empleo en cuatro estadios: “Primero, que no nos prohíban contratar; segundo, que nos dejen contratar; tercero, que ayuden a las pequeñas y medianas empresas a contratar, y cuarto, que no nos dificulten la contratación”.
El acto ha contado con la participación de la Directora General del Servicio Público de Empleo Estatal, Reyes Zataraín del Valle, quien ha reconocido que uno de lo principales problemas es el nivel bajo de cualificación de los trabajadores españoles. “Hay 450.000 desempleados registrados que no tienen ni el título de la ESO”, ha indicado.
Jesús Mercader Uguina, Director del Instituto de Relaciones Laborales y Empleo de la Fundación Sagardoy, y Catedrático de Derecho del Trabajo, ha advertido también de este problema y en especial, sobre el importante déficit que existe en lo que se refiere a niveles intermedios de cualificación: “En Europa el nivel de población entre 25 y 64 años con nivel básico de formación es del 23% y en España ese porcentaje es del 42%, mientras que en niveles intermedios, Europa se sitúa en el 48% frente al 23% de España. Lo que resulta más paradójico es que en Alemania, motor de la economía europea, el 60% de la población tiene niveles de formación medio y tan sólo un 28,1% tiene cualificación superior (en España ese porcentaje es del 34% y en Europa del 27%)”.
Al problema de baja cualificación hay que sumar, en opinión de Juan Manuel Cruz Palacios, director ejecutivo de Relaciones Laborales y administración de RR.HH. de Acciona, la existencia de una formación reglada alejada de las necesidades del tejido productivo: “Solo un 10% de la tasa de desempleados se corresponde a personas con Formación Profesional lo que pone de manifiesto que el auténtico problema de este país es la falta de adecuación del sistema de formación reglada con las necesidades del tejido productivo”.
Por su parte, Inmaculada Cebrián López, Profesora Titular de Fundamentos para el Análisis Económico de la Universidad de Alcalá, ha explicado que España es “uno de los pocos países con un comportamiento de la productividad anticíclico. Durante la crisis hemos registrado los mayores niveles de productividad y, sin embargo, ante los síntomas de una menor destrucción de empleo, empiezan otra vez a caer”. En este sentido, ha señalado que a pesar de todos los esfuerzos reformistas para mejorar la productividad, siguen sin obtenerse resultados y es por ello que ha reclamado medidas con un enfoque más global que relacionen la productividad con el tipo de empleo que necesita el sector productivo.
Alessandro Gentile, Doctor en sociología y profesor de la Universidad de Zaragoza, se ha referido a la situación de los jóvenes y, entre otros, ha mostrado su preocupación por la empleabilidad frente al efecto perverso de la “titulitis”. El experto ha reclamado como “básico” el implantar un sistema de orientación profesional para jóvenes, similar al que existe en Reino Unido a partir de los 13 años. “Lo que los jóvenes necesitan hoy del mercado de trabajo es lo que necesita la España del futuro”, ha indicado. “Y lo que debemos plantearnos no es que los jóvenes no son adecuados para el actual mercado de trabajo sino que es el mercado de trabajo actual el inadecuado para los jóvenes”.