El sentimiento de propiedad y el “por si acaso me es útil” son los argumentos con los que el 51% de los empleados se llevan información sensible cuando son despedidos. El 46% se guarda presentaciones, el 21% propuestas, el 18% planes estratégicos y otro 18% información de producto. El estudio de Lukkap “Presente y Futuro del Mercado Laboral 2014”, explica que aunque hay un elevado desconocimiento de la normativa legal en este sentido -el 34% de los empleados efectivamente no conocen las políticas de la empresa sobre protección de datos-, son mayoría los que tienen claro que se trata de información confidencial -57%-.
Ante esta alta de clarificación sobre la legislación en materia de propiedad intelectual y sobre las responsabilidades en cuanto a su transgresión los expertos ven un necesario cambio de tendencia en la forma en que la confidencialidad queda reflejada en los contratos laborales. “Las barreras técnicas son la principal herramienta para evitar la fuga de información, pero no las únicas -explican desde la consultora-. Se ha implantado una elevada inversión en sistemas para conseguir que los tesoros de empresa no abandonen el perímetro de seguridad, pero este proceso está virando cada vez más hacia un nuevo horizonte laboral como solución al problema”.