En el número de este mes de la revista, Aon nos escribe sobre el bienestar corporativo, más concretamente sobre La convergencia de la gestión de riesgos y la gestión de personas. Y es que estos dos mundos se han alineado.
Todo viene porque la gestión de riesgos está ampliando su alcance operativo, sobre todo, desde la irrupción del Covid. Así la gestión de riesgos percibe el propio riesgo a través de la mirada de las personas y de su experiencia en primera persona. Evaluación de las estructuras de los equipos, conversaciones sobre el equilibrio entre la vida laboral y personal o el compromiso de los empleados son sólo algunos de su nuevo alcance operativo.
la pandemia ha sido un catalizador para romper los silos organizativos percibidos en torno a la gestión de las personas, el riesgo y el negocio. Ha fomentado conversaciones más amplias entre diferentes disciplinas y un mayor intercambio de buenas prácticas para impulsar un enfoque más holístico de la gestión de riesgos. Dan Butler, EMEA Head of Financial Institutions Industry Vertical and Risk Advisory de Aon.
El Covid ha provocado que la resiliencia de los empleados se haya convertido para las empresas en un componente vital para afrontar sus retos y enfrentar sus riesgos. Este reconocimiento de los vínculos entre la resiliencia de los empleados y el rendimiento operativo está provocando una confluencia de intereses en departamentos que ahora colaboran para asentar una estrategia única de atención al empleado. A esto hay que sumar el agotamiento del empleado y el modelo de trabajo actual, a medio caballo entre híbrido y teletrabajo. Por ello, las empresas tienen que trabajar el bienestar y ponderarlo como el sostén entre la empresa y sus colaboradores.
A lo largo del resto del artículo, Aon nos analiza si estamos preparados para un mundo nuevo en el que se fomente la agilidad y la resiliencia de la plantilla, se optimice la inversión en personal y gestione el riesgo de las personas. Además, sugiere que, aparte del salario y su variable, habría que incluir otros beneficios, más adaptados al trabajo flexible y todo lo que vincule las estrategias de salud y bienestar con el Gobierno Ambiental, Social y Corporativo (ESG).
Para finalizar, desde la compañía abogan por la salud mental: «Una estrategia sólida de bienestar debe hacer algo más que ofrecer programas, debe ayudar a superar los retos personales y profesionales, fomentando comportamientos positivos para la salud, crea una resiliencia colectiva en toda la plantilla. También puede ayudar a romper las barreras existentes y los estigmas históricos que impiden mejorar la salud y la seguridad psicológica».