Liderar hoy es conocer y conocerse; porque, si no se lidera a uno mismo, ¿cómo se va a inspirar a los demás? Así, cuando se inicia el camino del autoconocimiento y se descubre el mundo interior de cada uno, se encuentra un plano emocional. El líder también debe saber entender estos pensamientos, y además ser capaz de transmitirlos para conectar con sus equipos. Porque la verdadera confianza no pasa por tener siempre la respuesta correcta, sino por no temer a mostrarse vulnerable cuando no se tiene. Y cuando se asume la posibilidad de ser vulnerables, se abre una puerta a la emoción y a la compasión como el máximo nivel de liderazgo: la voluntad real de ayudar.
Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que nos atemoriza. Nos preguntamos: “¿Quién soy yo para ser brillante, espléndido, talentoso, fabuloso?”. Pero, en realidad, ¿quién eres tú para no serlo? – Nelson Mandela
Sobre las vicisitudes de este proceso y las herramientas para afrontarlo nos han hablado Susana Azores, directora de Recursos Humanos de Atos España; Juan Martínez, director de Cultura y Desarrollo de Talento de atSistemas; y Erick Rivera, Senior Transformation Consultant de CoachHub. Estos tres profesionales han participado en el webinar ‘¿Cómo el autoconocimiento, la vulnerabilidad y la compasión construyen empresas sobresalientes?’, organizado por ORH en colaboración con CoachHub.
“Responsabilidad, creatividad e inclusividad” son los tres valores que destaca Susana Azores como aquellos que definen en mayor medida “al líder que tiene éxito”. Esto es: “el que puede predicar con el ejemplo y ser capaz de identificar las oportunidades y de gestionar un equipo diverso”. Eso sí, “pedir ayuda nos hace ser mejores líderes”, algo que solo es posible si “desde Recursos Humanos facilitamos un entorno de confianza; porque muchos de los problemas de los empleados que parecen más triviales vienen originados, en el fondo, por diferentes miedos; y tenemos que ofrecer un espacio donde sentarnos para escuchar y hablar”.
En el mismo sentido se pronuncia Juan Martínez, para quien “ser facilitadores de la conversación resulta imprescindible para que los departamentos de RRHH puedan asegurar la buena salud de los equipos”. Porque dentro de este diálogo, “nunca hay que culpabilizar al otro, pero sí hacer responsable al líder de que su equipo se sienta acompañado”. Por este motivo, en opinión del responsable de Cultura y Desarrollo de Talento de atSistemas, “la gestión del miedo debe formar parte de cualquier programa de mentoring”.
Por su parte, Erick Rivera justifica esas tres palancas que resultan necesarias para inspirar: “desde la reflexión y el autoconocimiento podemos aprender a desarrollarnos, a crecer como personas. La vulnerabilidad, estar en un entorno en el que nos sentimos desnudos, nos conecta con los demás. Mientras que la compasión, el siguiente nivel tras la simpatía y la empatía, es la gran meta a la hora de fomentar el liderazgo”. De ahí que las organizaciones que pretendan conseguir el éxito deban “buscar soluciones no solo en el plano racional, sino también en el emocional, apoyándonos en la innovación científica como el ámbito de la neurociencia”.