La innovación en los KPI’s en recursos humanos es posible. Cruzarlos entre sí para correlacionar relaciones de causa-efecto y conectar los HR Analytics con otras aplicaciones de negocio mejorarán la calidad de la toma de decisiones que el negocio necesita. Francisco Puertas, Talent & Organization SPAI Lead the Accenture Strategy, y Sarah Harmon, Chief Motivator de LinkedIn Iberia, han coincidido en señalar las oportunidades que la actual revolución digital ofrece para que la gestión de las personas en las organizaciones evolucione al ritmo que están imponiendo los cambios sociales, económicos y demográficos. Durante la jornada «Revolución digital, evolución en la gestión de las personas», organizada por APD, se han analizado tanto las tendencias y herramientas digitales que están transformando la organización del trabajo y la relación empresa-empleado como las competencias digitales que es necesario desarrollar para avanzar hacia culturas del trabajo 3.0.
El directivo de Accenture ha destacado que en los momentos de crecimiento económico -y todo apunta que España empieza a apuntar en esta línea- es cuando el talento es más decisivo y, también, cuando puede ser un freno para el desarrolo en ciertas áreas debido a la carencia de los perfiles que precisan. En este contexto la experiencia del empleado se erige como un foco de actuación estratégica que viene a sustituir a la economía del producto y a la de servicio. «Esta última, tasladada al mundo del empleado, requiere interrelaciones más cercanas y continuadas, muy alineadas con sensaciones y percepciones que consigan alargar la relacion con el empleado y también con el cliente. La experiencia empleado trata de imitar la experiecia de cliente: el empleado es una pieza basica en la cadena de valor de la experiencia cliente y ha de sentirse tratado al mismo nivel». Por eso, explica Francisco Puertas, «RH ha de tratar al cliente interno igual que marketing lo hace con el cliente externo».
Para ello el experto apunta tres estrategias decisivas:
. El orgullo de pertenencia.
. La proposición de valor en términos de salario, jefe, clima, etc.
. Los «momentos de la vedrad». Cuando tengo un problema, ¿cuál es mi experiencia? Estos momentos se dan en contadas ocasiones pero es en ellos cuando la propuesta de valor al empleado ha de dar el do de pecho.
Similar opinión ha manifestado Sarah Harmon al hablar del engagement no como una tendencia sino como una necesidad del negocio, advirtiendo que «marketing y recursos humanos olvidan el potencial de marca que tiene el empleado. Antes sólo las empresas generaban información pero ahora ésta viene de los clientes y también del empleado».
Las nuevas aplicaciones de búsqueda y selección de profesionales esconden infinidad de posibilidades que nos pueden ayudar a tener un mapa con el se seguir la trazabilidad de nuestros empleados: qué intereses les mueven en el mercado laboral, cuándo se muestran más activos, etc.