Ni resiliencia, ni norte, ni autocrítica. A la selección española de fútbol le ha faltado todo esto y mucho más para mantener su liderazgo en el ya finalizado Mundial de Brasil 2014 y la profesora de ESCP Europe y experta en Habilidades Directivas, Diana Clarke, lo explica en los siguientes términos:
RESILIENCIA: Del latín ‘salire’, saltar, este es un concepto que se asocia gráficamente al bambú y que básicamente se refiere a la capacidad de recuperarse con flexibilidad de las adversidades y situaciones límite. La selección española, confiada con los triunfos anteriores, no supo reaccionar y darle la vuelta al fracaso tras la primera derrota contra Holanda; algo que sí hizo en Sudáfrica cuando perdió contra Suiza.
NORTE: En lugar de una gestión efectiva del talento que hiciera sacar lo mejor del equipo -como ocurre en las empresas que gozan de liderazgo-, la selección se encontró sin un buen “CEO” que supiera dirigir y motivar al vestuario cuando vinieron mal dadas, lo que los hizo vulnerables.
AUTOCRÍTICA: La falta de autocrítica también fue clave en la eliminación de “la Roja”. Vivir de glorias pasadas y creerse invencibles impidió que tomaran las riendas de la situación y que se consiguieran los objetivos marcados. En definitiva, la selección se quedó sin “flow”, ese estado de gracia y de éxito que sólo se consigue mediante la práctica y el trabajo duro diario.
“Siempre hay que estar preparado para lidiar con los errores porque el éxito es algo excepcional, no sólo en el deporte sino también en las empresas que en estos últimos años se han encontrado con más caídas que subidas en la montaña rusa de los negocios –explica Diana-. Levantarse de un fracaso y aprender de lo vivido para no cometer los mismo errores en el futuro es una buena receta para obtener buenos resultados”. La caída de los dioses del combinado español es una muestra tan dolorosa como clamorosa de lo importante que es saber gestionar la derrota después de una gran victoria.