La propagación del coronavirus en España y las drásticas medidas del Gobierno durante el estado de alarma han provocado la generalización del teletrabajo. Muchas empresas estaban preparadas, tenían la capacidad tecnológica y digital de trabajar en remoto y muchos trabajadores tenían ya este hábito. Sin embargo, el coronavirus ha puesto contra las cuerdas a aquellas más reticentes al teletrabajo y que habían aplazado la transformación digital de sus procesos: o se digitalizaban por la fuerza, o tendrían que parar su actividad.
Víctor Rodríguez, senior manager en Kaizen Institute, consultora global especializada en la mejora continua para el crecimiento sostenible de las empresas, ha analizado los efectos que tendrá la digitalización a la fuerza que han sufrido las empresas cuando acabe la cuarentena y todo vuelva a la “normalidad”, ya que esta no volverá a ser la misma que teníamos antes de la pandemia.
Según el análisis de Kaizen Institute, la situación del teletrabajo en España antes de la expansión del virus era muy diferente a la que se espera en un par de meses. Los últimos datos publicados por Eurostat indican que apenas un 4,3% de los españoles teletrabajaba de forma habitual, un porcentaje muy reducido con respecto a otros países europeos, como Irlanda o Suecia, donde el porcentaje de trabajadores que se conectan a distancia es de un 25%. Además, ese 4,3% es aún más escaso si se compara con el 70% de trabajadores que respondieron que les gustaría cambiar el trabajo presencial por trabajo en remoto en el último estudio sobre la preferencia del lugar de trabajo elaborado por Randstat. En esta situación, Víctor Rodríguez asegura que “antes, un 70% de los trabajadores quería teletrabajar, pero solo el 4,3% podía. Ahora, el confinamiento ha obligado a las empresas a usar herramientas digitales y el 100% de sus trabajadores está conectado realizando su trabajo a distancia. Cuando las restricciones terminen, la rutina laboral no volverá a ser como la recordamos, ya que las empresas han reinventado sus modelos y el porcentaje de teletrabajo habitual se disparará. El concepto de trabajo ha cambiado, a la fuerza, para siempre”.
Basándose en los datos sobre distintas empresas que Kaizen Institute ha obtenido a lo largo de los años, la consultora concluye que esta evolución al teletrabajo aportará numerosos beneficios al sector empresarial:
1. Mejor conciliación laboral: el teletrabajo permite una mayor flexibilidad en los horarios y, por lo tanto, es una de las medidas que más favorecen la conciliación.
2. Reducción de costes: el trabajo en remoto permite a las empresas reducir sus presupuestos para dietas y desplazamientos, así como el coste de espacio en oficinas. Esto puede derivar en una remodelación de los presupuestos que se traduzca en el aumento de la satisfacción de los empleados y repercuta positivamente en la empresa, por ejemplo, aumentando la inversión en infraestructuras, en i+d, etc.
3. Aumento de productividad: trabajar en una empresa que permite los horarios flexibles y facilita la conciliación, evitar los desplazamientos y trabajar en un entorno cómodo y agradable, conlleva un aumento de la productividad.
La digitalización es el primer paso necesario para poder llevar a cabo el teletrabajo de manera efectiva y esto es algo por lo que las empresas tienen que apostar. Para la consultora, la digitalización pasa por automatizar, con ayuda de la tecnología, la forma en que abordamos la resolución de un problema o necesidad de un negocio, pero es un proceso que debe abordarse desde el punto de vista de las personas y sirviéndose de su conocimiento para la redefinición de los procesos de la compañía, no únicamente llevando a un entorno digital las malas prácticas que se realicen en el día a día de la empresa. En decir, Kaizen Institute recomienda a las compañías que, en esta situación en la que se han visto obligadas a digitalizarse, involucren a sus empleados en los procesos de transformación y traten de mejorar la productividad con herramientas tecnológicas y herramientas de mejora continua.
Según Víctor Rodríguez, “muchas empresas españolas necesitaban este empujón para digitalizarse. Sin lugar a duda, la evolución era necesaria y será positiva en cuanto a productividad y satisfacción profesional. La normalidad, tal y como la recordamos, no volverá”.