En ORH finalizamos el año con una inmejorable noticia y es que el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid nos ha concedido el premio “Proyectos Emocionalmente Responsables en Organizaciones de la Comunidad de Madrid 2015” en la categoría de Medios de Comunicación. Es un verdadero honor compartir el palmarés de esta edición con empresas como Reale y 3M, galardonadas en la categoría de Gran Empresa, y con otras más pequeñas pero tanto o más activas como el centro especial de empleo Sais, la pyme Copredije, el portal de información PR Noticias y el muy querido para nosotros Grupo5-Samur Social. Creo que no me equivocaré al poner en boca de todos que recibir este reconocimiento nos ha gustado porque es un premio para todos los que trabajamos en cada organización. Hablar de emociones en la empresa es hablar del colectivo, de sentimientos compartidos para favorecer el bien común y en ello tenemos mucho entrenamiento en ORH. A falta de otros recursos más tangibles nuestro posicionamiento en el mercado se ha construido a base del esfuerzo del equipo y esto es lo que veo reconocido en el premio del COP.
Nunca lo hemos tenido fácil: nacimos cuando la primera fase de la crisis ya estaba instalada en nuestra economía y nos mantenemos aun cuando la revolución de las redes sociales hace tambalearse a los grupos editoriales más consolidados. Y ante la escasez de medios hemos tenido que tirar del ingenio para crear nuevas oportunidades y hacer de la innovación nuestro modo de supervivencia y diferenciación. Con la perspectiva del tiempo creo que en ello ha tenido mucho que ver nuestra capacidad para convertir nuestra debilidad –la carencia de presupuesto- en nuestra fortaleza –la flexibilidad-, haciendo del trabajo en red el motor que nos ha permitido avanzar sin prisa y sin pausa. Lo adoptamos hace nueve años, cuando pocos hablaban de él, y aprendimos antes que nadie lo difícil que es trabajar con el equipo en remoto, creando a la par una cultura común y un día a día coordinado. Si en una gran empresa lo lógico es poner en el centro al cliente, en una nano-pyme como ORH (nano por pequeña y por innovadora) este privilegio lo han de tener necesariamente las personas en global: los empleados, los proveedores, lo colaboradores y también, por supuesto, los clientes, porque sólo si los primeros comparten modos y formas pueden trasladar la esencia de la empresa a los últimos.
Con todos ellos hemos intentado establecer una relación de confianza que hemos traducido en flexibilidad, transparencia, responsabilidad y compromiso. Por ejemplo, con los empleados la flexibilidad va más allá de los horarios y se aplica en toda su extensión cuando se necesita de verdad: los límites del convenio desaparecen y las necesidades del trabajo se suplen con teletrabajo y objetivos definidos. Con los proveedores entendemos nuestra responsabilidad como una relación de largo plazo en la que los precios no son la única variable del contrato. Con los clientes aplicamos la transparencia como principio de nuestra independencia y con los colaboradores intentamos convertir expectativas y presupuestos en valor apreciable por el mercado.
Con esto no quiero decir que ORH sea una ONG ni que nunca hayamos tenido que adoptar decisiones difíciles, porque las hemos tomado y con la dificultad añadida que implica la camaradería propia de los entornos pequeños. Pero sí que deseo recalcar que la nuestra es una apuesta de difícil –pero no imposible- equilibrio: hacer rentable un proyecto gestionado con el alma. En 9 años hemos aprendido mucha teoría sobre la gestión de RR.HH. gracias al conocimiento que todos habéis compartido con nosotros, y también hemos aprendido que su práctica es compleja y apasionante.
Maite Sáenz, Directora de Observatorio de Recursos Humanos.