Con la implantación del estado de alarma a mediados de marzo, se generó de forma repentina un importante parón económico que llevó a muchas empresas al límite en poco tiempo. Ante esta situación, el Gobierno tuvo que poner en marcha medidas urgentes, como condiciones especiales para favorecer los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Estas medidas extraordinarias finalizarán el 30 de septiembre, aunque el gobierno está estudiando ampliarlas en algunos sectores especialmente golpeados por la crisis. En este punto, aunque es probable que algunos empleados pierdan su puesto de trabajo, muchos se reincorporarán tras este “parón” temporal. Y no sin consecuencias.
El estudio ‘Retos de las empresas españolas en la era COVID-19’, elaborado por Sodexo Beneficios e Incentivos, busca responder a cuestiones como cuántas empresas tuvieron que recurrir a esta medida extraordinaria y cómo afectará a los empleados que vuelvan a su puesto. De esta forma, una de cada cuatro empresas tuvo que acogerse a un ERTE (Expediente de Regulación de Empleo Temporal), llegando al 32% en el caso de las más grandes.
El estudio también concluye que el 75% de las empresas españolas cree que estos expedientes van a afectar de forma negativa al compromiso y a la motivación de sus empleados después de verse fuera de la compañía, aunque haya sido temporalmente.
Esta situación de abandono e incertidumbre, unida al miedo a los contagios, ha provocado un importante aumento de trastornos como la ansiedad o la depresión, presentes en uno de cada cinco españoles, según una investigación de la Universidad Complutense de Madrid. Las empresas son conscientes de esta situación y, de hecho, el 92% cree que los ERTE han generado inseguridad en los trabajadores y el 42% considera que también han incrementado la desconfianza, tal y como señala el informe de Sodexo.
Ante este inestable escenario, es importante que las empresas pongan en marcha nuevas medidas y planes para ayudar al trabajador a sentirse de nuevo seguro, motivado y comprometido con la compañía, con el objetivo de paliar los efectos negativos de la pandemia y los ERTE. En este sentido, un 33% de las compañías ya tiene en mente diferentes acciones para reforzar el compromiso, la motivación, la estabilidad y el sentimiento de pertenencia de los empleados, un número que llega hasta el 75% en el caso de las más pequeñas.
Concretamente, las medidas que se plantean las empresas son la compensación del pago del SEPE, poner a disposición del empleado beneficios sociales como tarjeta transporte o el cheque guardería; además de proporcionar al empleado un complemento a su salario. Asimismo, incentivar y/o dar nuevas responsabilidades se presenta como la medida más adoptada en las grandes y pequeñas empresas (19% y 20%). En las de mayor tamaño, le siguen la flexibilización y los planes de formación con un 20% y 16%, respectivamente. Para las pequeñas, la clave pasa por las mejoras en la comunicación (19%) y la motivación (15%).
“La aplicación de los ERTE ha hecho mella en los trabajadores y ahora las empresas deben invertir tiempo en la aplicación de planes para recuperar la confianza perdida de su plantilla”, explica Miriam Martín, directora de Marketing de Sodexo Beneficios e Incentivos. “Estos planes pueden estar compuestos de políticas de conciliación, beneficios sociales, entre otros. Se trata de hacer que el trabajador vuelva a sentirse parte de la compañía y que se sienta seguro en su puesto de trabajo, tanto a nivel laboral como sanitario”.