Al tradicional reto de calcular el retorno de la inversión de los programas de formación se le une ahora el de “predecir” con mirada estratégica los conocimientos que el negocio va a necesitar. Si el entorno cambia rápido el cálculo ha de ser igualmente ágil, pero a pesar de que la digitalización ofrece arquitecturas de análisis que lo facilitan, en el imaginario de los departamentos de L&D sobrevuelan ciertos mitos que bloquean su capacidad para tomar decisiones de inversión en herramientas de big data aplicadas a su función. La cuestión es si pueden sobrevivir sin vestirse de IA.
Se dice que el Excel lo aguanta todo pero difícilmente puede soportar la cantidad de información que hoy generan los procesos de aprendizaje y desarrollo. Tampoco aporta valor más allá del de las cifras netas que alberga, porque apenas se pueden relacionar con KPI’S organizacionales más grandes. Entonces, ¿cuáles son los frenos para dar el salto a una inteligencia del dato? Los mitos, que en Formación y Desarrollo abundan y con arraigo. Los creadores de la plataforma norteamericana Administrate los resumen en tres:
El mito del exceso: “Ya tenemos muchos datos”.
De media, las empresas utilizan entre nueve y doce sistemas o softwares diferentes para planificar, producir, entregar y reportar sobre su programa de capacitación. Cada uno de ellos produce puntos de datos que pueden dejarnos satisfechos por el mero hecho de ser eso, datos, pero los informes preprogramados que los contienen… ¿para que valen? Piense si están más alineados con el tono de marketing y la propuesta de valor de la propia herramienta que con el impacto de su programa en su negocio.
El mito del acceso: “No hay manera de que obtengamos los datos que realmente necesitamos”.
Si no llegamos a dónde queremos posiblemente sea porque estamos siguiendo una ruta equivocada. Lo mismo pasa con los datos: si no obtenemos los que necesitamos cuando los necesitamos, es que quizá estemos buscándolos donde no los podemos encontrar. Los TLS (Training Learning Systems) han de seguir un camino parecido al de los ERP, esto es: ser concebidos como una estructura de tecnología específica para gestionar los datos de capacitación.
El mito del impacto aislado: “Los datos de formación son principalmente sobre el programa de formación”.
“Muchas organizaciones han superado el pensamiento aislado, pero pocas han operacionalizado más allá de él”, afirman desde Administrate. Y ciertamente, L&D está reforzando su valor estratégico a la misma velocidad con la que las necesidades de upskilling & reskilling acucian a las organizaciones. Es parte de su sostenibilidad y ha de estar imbricada en todos los procesos de manera transversal, y sus datos también. No sólo son datos de formación, son datos de negocio. Si la capacitación es estratégica, ¿cómo hay que preguntar a los datos para extraer la beneficiosa inteligencia empresarial que ofrece?