Aunque el cuerpo y la mente nos pida lo contrario, es fundamental que podamos marcharnos con la mayor tranquilidad y dignidad posible para que nos recuerden como buenos profesionales y personas razonables. Y es que nunca se sabe si a la vuelta de la esquina nos vamos a volver a encontrar con alguno de los jefes o compañeros de los que ahora nos despedimos.
Consciente de que esa despedida puede enquistarse y hacer saltar por los aires algunas de las rencillas que en nuestros años de trabajo en una empresa hayamos acumulado, Nexian ha elaborado un decálogo sobre cómo decir adiós a un trabajo con elegancia y sin perder la compostura.
Un decálogo que ha de aplicarse una vez que “se ha meditado mucho la decisión, hayamos elaborado un plan de acción -tengamos o no otro trabajo esperándonos- y estemos seguros de que por encima de todo nos queremos ir bien, de manera elegante, siendo educados, con buenas maneras y sin remordimientos al mirar atrás”, explica Roberto Revuelta, director del área de selección de Nexian.
10 principios básicos para dejar un trabajo con elegancia:
1- Anunciarlo con tiempo. Aunque lo más normal es que en España el trabajador dé dos semanas a la empresa antes de que su renuncia se haga efectiva, cada contrato puede contener especificaciones muy concretas al respecto, por lo que merece la pena revisarlo antes de anunciar nuestra dimisión.
2- Respetar la jerarquía. Una vez que se pase a la acción, es absolutamente recomendable que el trabajador respete el organigrama e informe primero a su o sus jefes sobre su decisión de abandonar la empresa. No está de más que si la relación con sus superiores no es buena reclame la presencia de alguien de Recursos Humanos.
3- Construir la renuncia formalmente. Cuando los jefes estén informados de la marcha del trabajador, éste ha de armar su renuncia formalmente. “Si es importante preparar lo que se va a decir para anunciar la marcha de una compañía no lo es menos elaborar un escrito en el que se explique el porqué de la renuncia y la fecha acordada para que se haga efectiva la baja voluntaria”, sostiene Roberto Revuelta.
4- Informar a los compañeros. Con el fin de evitar rumores y ser el epicentro de los cuchicheos, Nexian recomienda que el trabajador informe personalmente a sus compañeros, cara a cara o por escrito, de su decisión de abandonar la empresa.
5- No descuidar las obligaciones. “Pese a que todo el mundo sepa que alguien ‘deja el barco’ ese alguien debe seguir trabajando como si no fuera a hacerlo. Sólo así podrá presumir de ser buen profesional y conseguirá que le reconozcan su implicación en el mundo laboral».
6- Pedir una carta de recomendación. Si el trabajador sigue ejerciendo sus tareas hasta el último día es evidente que estará en una posición ventajosa para pedir una carta de recomendación.
7- Recoger nuestros asuntos personales. Nexian recuerda que no es buena idea abandonar una empresa dejando atrás objetos personales que se han ido acumulando durante los años de trabajo. “Fotos, papeles, plantas… Solemos acumular muchas cosas en nuestros puestos de trabajo, y lo mejor sin duda es llevarnos todo eso con nosotros cuando nos vamos”, explica Revuelta. Eso sí, también matiza, que ese orden y recogida de asuntos personales ha de hacerse fuera del horario laboral.
8- Despedirse de los colegas. Cuando llegue el momento de decir adiós, es importante que el trabajador tenga un gesto con sus compañeros y se despida de ellos de forma presencial o al menos por un correo electrónico, en el que si lo desea pueda dejar sus señas más personales como su número de teléfono.
9- Agradecer el empleo. Nexian aconseja que antes de marcharse de la empresa, el trabajador envíe un escrito –suele hacerse con un correo electrónico- en el que agradezca el tiempo que allí ha trabajado y lo que ha aprendido.
10- Controlar las emociones. Al abandonar una compañía ni es bueno mostrarse exaltado por marcharse ni mostrar pena que pueda confundirse con remordimiento. “Es fundamental cruzar el umbral de la puerta de salida con la cabeza alta y con la dignidad impecable. Para ello es básico controlar las emociones hasta el final”, concluye Revuelta.