Aunque tradicionalmente la conciliación ha sido una lucha por parte de los padres y madres, que ven imposible compaginar los horarios de trabajo con los horarios escolares, es cierto que esta reivindicación se ha extendido a todo el tejido de la empresa, ya que aquellos trabajadores sin hijos, también quieren poder compaginar su jornada laboral con su vida personal.
España es un país en el que ha imperado el presentismo, las jornadas eternas en las que si te ibas antes de cierta hora, se te miraba mal, pero se empieza a superar esta cultura empresarial por otra que mire más por el rendimiento y la productividad de los empleados y no por las horas que pasan en la empresa.
Ahora bien, ¿solo los empleados con hijos tienen derecho a reivindicar su derecho de compaginar vida laboral y personal? Para Antal International, consultora experta en la selección de personal especializado, la respuesta está clara, todos los empleados tienen derecho a conciliar vida laboral y personal, tengan hijos o familiares a cargo o no.
El hecho de que un trabajador no tenga hijos, no le convierte automáticamente en un empleado con flexibilidad total para la empresa, es decir, alguien con disponibilidad total. Las empresas deben crear políticas de conciliación donde estén incluidos todos sus empleados, independientemente de su situación familiar o parental, midiéndoles por razones de productividad y optimización del tiempo de trabajo y no por el tiempo que pasan en la oficina.
Con la flexibilidad de los horarios, se da otro fenómeno, cuando se desvanece la línea entre la jornada laboral y el tiempo libre. Es importante separar ambos para no tener la sensación de que no se abandona la oficina, y poner, por ejemplo, una hora para ver lo urgente y dejar el resto para el día siguiente, sino sentiremos que no desconectamos de la oficina.