La agilidad ha pasado de ser vista como una metodología para el desarrollo de productos tecnológicos a ser una competencia core de las organizaciones que buscan adaptarse a los cambios del mercado. La capacidad de adaptación al entorno es el principal beneficio que las compañías perciben de esta nueva filosofía de trabajo, integrada ya por el 90% de las empresas latinoamericanas. La agilidad ya era una tendencia en auge en la última década, pero la digitalización forzosa provocada por el coronavirus (COVID-19) ha hecho que muchas organizaciones se fijen en su potencial para desarrollar procesos más eficientes en un entorno de trabajo híbrido.
Esta es la principal conclusión de la edición 2021 del estudio “La agilidad en Latinoamérica, una competencia ‘core’ de las organizaciones adaptativas”, que revela cómo el 90% de las empresas entrevistadas ya han integrado esta nueva forma de trabajo. Más de uno de cada tres departamentos de RR. HH., casi uno de cuatro departamentos de Marketing y en torno a una de cada diez áreas como Finanzas, Auditorías, Ventas y Cadena de Suministro han implementado prácticas ágiles. El estudio también demuestra que la adaptación al entorno es el principal beneficio de la aplicación de las prácticas ágiles: un 39 % de organizaciones califica este factor con un sobresaliente y otro 35%, con un notable. Otras ventajas percibidas por las compañías son la mejora del time-to-market, del ambiente laboral y de la experiencia de los clientes.
Pese a esos beneficios, son muchas las barreras que aparecen durante la implementación del mindset ágil en las organizaciones latinoamericanas. Más de seis de cada diez encuestados afirman que el estilo de liderazgo es el mayor reto y tres de cada diez aseguran que falta participación de los líderes. La asignación de presupuestos es otro desafío importante, ya que casi la mitad de los encuestados aún no ha cambiado la forma de planificarlos en las iniciativas ágiles.
Para lograr que la agilidad continúe avanzando, es importante que las organizaciones aborden los retos mencionados y tengan además presentes las tendencias que marcarán el rumbo ágil en los próximos meses.
Cinco tendencias para un futuro ágil
- Escalado: Aplicar la filosofía ágil en una organización por completo facilita que los equipos gestionen mejor sus prioridades, trabajen de forma incremental e iterativa y favorezcan una mentalidad de mejora continua. Gracias a esos beneficios, la agilidad continuará escalando en las organizaciones.
- Adopción: Tres de cada cinco empresas tienen a más del 75 % de sus equipos trabajando de forma remota y, dentro de este porcentaje, más de la mitad planea prolongar el teletrabajo. Dado que la agilidad contribuye a mejorar la organización de los equipos en remoto para alcanzar los objetivos de negocio, se espera que las compañías que aún no se han sumado a ella aprovechen el cambio en los modelos de trabajo para adoptarla.
- Alineación estratégica: La pandemia ha obligado a las empresas a simplificar procesos y operaciones, por lo que desarrollar las competencias de una organización adaptativa será de gran ayuda.
- Cambio cultural: Evitar que los líderes sean un freno e impulsar su confianza en los colaboradores, más autónomos y con más capacidad de autoorganización en una organización ágil, es un deber para las empresas. Además, las compañías tendrán que adaptar los valores culturales y las prácticas ágiles al trabajo remoto.
- Gestión del talento: Atraer profesionales con conocimientos de agilidad, equilibrar la contratación de dicho talento con el upskilling y reskilling de la plantilla actual y proporcionar herramientas ágiles adaptadas específicamente al trabajo híbrido son tres de los cambios que las organizaciones impulsarán en este ámbito.
Desarrollado por NTT DATA, en colaboración con ‘MIT Tech Review en español’, el informe tuvo la participación de 198 encuestados de México, Colombia, Perú, Brasil, Chile y Argentina.