Exceso de demanda y falta de oferta son dos situaciones que desequilibran el sistema. Habitualmente son las empresas quienes pueden, en un momento dado, forzar dicha situación para generar bienes escasos; económicamente más rentables, claro. Pero en este caso son ellas las que lo sufren: precisan talento de cara a satisfacer esas tendencias anunciadas como el futuro en el mundo del trabajo, y no acaban de encontrar la forma de dar con él. Según el recién publicado La Cuarta Revolución Industrial y el Futuro del Talento, de OBS Business School, los profesionales más demandados en los últimos 18 meses han sido ingenieros de todo tipo, técnicos de calidad y expertos en producción. Con una cualidad añadida: cada vez se valoran más las soft skills, que son las que de verdad nos diferencian de los robots.
Dirigido por los profesores Catalina Payá y Carles Polo, investigadores de esta escuela de negocios, el informe es un análisis detallado de las tendencias de futuro en el mundo del trabajo. La digitalización y las tecnologías de la información están cada vez más integradas en nuestras vidas y nos abren puertas a un mundo de posibilidades cuyos límites están en nuestra capacidad de imaginación.
La forma en la que las nuevas tecnologías y la IA influyen en el trabajo hace que la colaboración entre humanos y máquinas produzca un entorno laboral en el que el concepto espacio-tiempo es utilizado de otra manera. Todos somos protagonistas de esta realidad, que se impone y que nos lleva a cuestionarnos qué el rol que queremos tener.
Ciberabogados y maestros ‘online’
La configuración del panorama laboral en los últimos 18 meses ha cambiado poco, porque junto a la destrucción de puestos de trabajo han surgido otros relacionados con las nuevas tecnologías. Se trata de una transformación que obliga a los trabajadores a reciclarse y reinventarse. Pero aunque hoy en día los puestos más demandados contienen un alto componente técnico, se valoran mucho las habilidades emocionales (empatía, liderazgo e influencia social, persuasión, etcétera), que justamente son las que nos diferencian de los robots.
Por tanto, se trata de encontrar el punto justo en el que humanos y máquinas podamos trabajar juntos, consiguiendo que estas hagan las tareas repetitivas y rutinarias, mientras nosotros nos encargamos de las que requieran de creatividad, pensamiento crítico y empatía. “Hacen falta profesionales que se adelanten a las necesidades del futuro y se preparen para ofrecer soluciones. Tenemos que atrevernos a estudiar propuestas disruptivas e innovadoras si queremos contribuir y aportar un valor de carácter diferencial”, afirman Catalina Payá y Carles Polo.
Según el informe se están generando puestos que combinan el dominio de un conocimiento especializado con el de las nuevas herramientas tecnológicas: cada vez más se buscan ciberabogados o maestros online, por ejemplo.
El aprendizaje automático y la inteligencia artificial deben ser considerados ya asistentes, no el reemplazo del profesional, que debe poseer competencias transversales genéricas y propias de cualquier trabajo al margen de la disciplina a la que pertenezca, más allá de sus conocimientos técnicos. Hablamos de mentalidad digital y flexibilidad, que le abrirán a formas de trabajar diferentes.
Las habilidades más demandadas
Por tanto, la capacidad de aprender y asimilar los avances tecnológicos es hoy imprescindible y la velocidad a la que una persona sea capaz de hacerlo marcará su éxito profesional. Es cuestión de activar nuestras habilidades de aprendizaje, planteándonos un plan de formación o reciclaje. Plan que puede estar en manos de la empresa, cuando es ella la que se encarga a través del reskilling o el upskilling; o bien del profesional, que a título individual traza su propia hoja de ruta.
El informe de OBS Business School identifica cuatro tipos de competencias que todo profesional debe poseer en mayor o menor medida si quiere tener oportunidades:
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- Las habilidades coginitvas, que ayudan a procesar y entender el mundo que nos rodea (mentalidad digital, pensamiento analítico, aprendizaje activo, resolución de problemas complejos, análisis y pensamiento crítico, creatividad, razonamiento y resolución de problemas).
- Las habilidades “blandas” (empatía, liderazgo e influencia social, persuasión, resolución de incidencias u orientación al servicio).
- Las habilidades de autogestión (flexibilidad, resiliencia…).
- Las habilidades técnicas, para aplicar conocimientos específicos al mundo tecnológico y digital.
El mix que cada uno requiera estará determinado por la función que deba desempeñar. Aunque el informe considera que al menos deberá contar con dos habilidades cognitivas, dos blandas, una de autogestión y una técnica.
Puedes descargar este informe de OBS Business School pulsando el siguiente enlace:
Imagen: 123RF