3 mitos del liderazgo de servicio
«Liderar es servir, no servirse. De aquí que los líderes que dejan huella sean gente con una enorme capacidad de servicio», expuso Xavier Marcet, consultor en estrategia, innovación y emprendimiento, en 2019. En el caso del liderazgo de servicio, servir se refiere a “ser de utilidad” al otro, ayudar, orientar y hacer todo lo posible para que los miembros del equipo o de la organización obtengan los mejores resultados y el trabajo de la mejor calidad posible. Y no las confusiones que pueden entender quienes siguen los mitos del liderazgo de servicio.
Mucho antes que Marcet, en 1991, Robert Greenleaf utilizó por primera ver el concepto de El servidor como líder, ensayo en el que decía: «El líder-servidor es primero servidor. Todo comienza con el sentimiento natural de que uno quiere servir, servir primero. Entonces, esta elección consciente resulta en una aspiración a liderar. Esa persona es marcadamente diferente de la que es líder primero. La diferencia se manifiesta en el cuidado que tiene el servidor para asegurarse primero de que las necesidades más prioritarias de otras personas estén siendo atendidas. La mejor prueba, y la más difícil de administrar, es esta: ¿crecen como personas aquellos?, ¿se vuelven ellos, mientras son servidos, más sanos, más sabios, más libres, más autónomos, más propensos a convertirse ellos mismos en sirvientes?».
Hace poco más de un mes, hablábamos precisamente de los tres vértices de la retroalimentación eficaz que debe saber manejar un buen líder, y los que se sienten servidores de su organización, sin duda, los manejan para la gestión eficaz de las personas. Vértices que van del «yo» ejecutivo, al «nosotros» equipo y al «tú» trabajador. Un círculo vicioso de enriquecimiento y de servidumbre -según el término de Greenleaf-, que beneficia en primera y última instancia a la organización, a las personas que la forman y al éxito de la empresa.
Pero, ¿qué no es el liderazgo de servicio?
Mike Gibbons, General Manager de Flir Integrated Imaging Solutions, destaca en People managing people, los tres mitos que existen en torno a la figura del líder de servicio, que son:
- Ceder poder a los empleados: el líder servidor trata de compartir el poder y la toma de decisiones con los empleados siempre en pro del éxito del negocio, en consenso y empoderando a los trabajadores. Estos líderes detectan en qué destacan sus colaboradores, les asesoran y balancean las necesidades y las competencias de unos y de otros.
- Pensar en el éxito, dejando la responsabilidad de lado: para los líderes de servicio, el éxito es de sus empleados y del negocio, y los fracasos, son suyos y los analiza pensando en lo que podría haber hecho mejor para ayudar a su gente a lograr mejores resultados.
- No tener en cuenta a los clientes ni a los accionistas: puede darse el error de pensar que este tipo de líderes piensa solo en las necesidades de sus empleados y que las de los clientes y los accionistas quedan en un segundo lugar. Nunca más lejos de ello, puesto que los líderes de servicios están convencidos de que solo con empleados comprometidos, motivados y de alto rendimiento, se pueden cumplir y superar las expectativas de los clientes y accionistas.
Según el fundador del movimiento de liderazgo de servicio moderno y del Centro Greenleaf para el liderazgo de servicio, las cualidades que debe tener un líder de servicio son:
- Ser uno más en el grupo de iguales.
- Tener apertura de mente hacia los demás.
- Utilizar el poder de manera honesta y no abusiva.
- Entender la importancia de los detalles a diario.
- Escuchar atentamente y cuidar a los miembros del equipo.
- Inspirar al equipo.
- Involucrar a todas y cada una de las personas que conforman el equipo.
- Ayudar a las personas a conseguir sus logros alineados con los de la organización.
- Impulsar las cualidades y competencias de los trabajadores y fortalecer con formación y orientaciones las que deben mejorar.
- Adaptarse a las situaciones del en torno y de las personas con las que trabaja.
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