1. Devuelve las llamadas. Hazte experto el devolver las llamadas a quienes te llaman y debes hablar con ellos. Y si quedas en llamar tú más tarde, llama.
2. Prepárate bien y por escrito antes de hablar. Ya sea en una reunión, en un despacho o lo que sea. No hagas perder el tiempo a los demás por tu mala preparación.
3. Provoca y busca ideas permanentemente. Hasta el último de la empresa puede tener una idea extraordinaria que sólo necesita que alguien le pregunte cómo lo haría. Consulta con los demás las cosas importantes, nadie pretende que se te ocurra todo a ti.
4. Cumple tus compromisos y responde. Cumple siempre. Si quedas en tener algo para el martes, lo tienes, y si ves que no podrás llegar responde antes del martes para decir que no estará y cuándo estará, pero responde.
5. Sé puntual. En tus citas, reuniones, llamadas,… Haz de eso una disciplina personal y un símbolo de calidad.
6. Siempre dispuesto a cambiar. No seas reactivo al cambio, para lograr grandes mejoras hay que estar dispuesto a salirse de lo ordinario y romper algún molde.
7. Pregunta lo que no entiendas. No aceptes las cosas por que sí. Si no entiendes una decisión pregunta los «porqués». Si no los comprendes, difícilmente te implicarás en la idea ni podrás implicar a los demás. Si no está claro lo que te han pedido, pregunta para comprender: a qué te refieres, cómo lo quieres, qué es lo prioritario…
8. Deja que los demás hagan las cosas a su manera si funcionan. Hacerlas de forma distinta no significa hacerlas peor, ¿a ti que más te da como se haga mientras el resultado sea idóneo?
9. Suma ideas y cambia de opinión si hace falta. Concentra tus esfuerzos en encontrar siempre la mejor opción, no en tener tú la razón. Trata de comprender al otro, pregunta más «Por qué piensas eso» antes de afirmar «este es un necio porque no piensa como yo».
10. Lúcete y haz lucir a tu equipo presentando arriba propuestas concretas, bien preparadas y argumentadas. No «le llores» al jefe, no te quejes, no vayas con problemas. Propón mejoras, cuenta lo que habéis logrado, cuestiona lo que quieras pero siempre llevando tu solución concreta, demuestra cada día tu compromiso ayudando a tus jefes a mejorarlo todo.
11. Aprecia y premia el trabajo bien hecho. Cada esfuerzo correcto y cada acción que lo merezca, que tenga su reconocimiento. No des por sentado que como la obligación de los demás es hacer las cosas bien las hacen sin más, debes de poner de tu parte lo necesario para que ilusione, compense y apetezca hacerlas bien mediante el reconocimiento.
12. Alíate con el resto de departamentos de tu empresa. Busca con ellos la compatibilidad de vuestros objetivos respectivos, y colabora en esfuerzos que beneficien a todos. No critiques a los otros, habla y trabaja con ellos con visión global, no departamental. El «enemigo» no es el departamento de enfrente, ya hay suficientes competidores fuera.