Todos recordamos de pequeños cómo era el despertar y las peripecias que debía de soportar Pedro Picapiedra hasta llegar cada mañana a la cantera donde trabajaba antes de que sonase la sirena. Con algunos miles de años de evolución humana de por medio, la propia productora Hanna Barbera emitía un par de años después una versión futurista de similar trayecto diario a la oficina, por parte del protagonista masculino de Los Supersónicos, esta vez entre naves espaciales y robots. Este era el panorama que imaginaban los dibujantes –y cualquier otro trabajador del mundo occidental– hace medio siglo. Y no es que las cosas hubiesen cambiado en exceso hasta el comienzo de esta década. Eso sí, ahora, tras dos años y medio de una aún mal curada pandemia, la cosa pinta muy diferente. Así lo refleja al menos un informe, Everywhere Workplace Report, de Ivanti, en el que han colaborado expertos mundiales en el estudio y evolución del futuro del trabajo.
Todo indica que el teletrabajo y el sistema híbrido han llegado para quedarse. Y la razón es tan sencilla como que se trata de una fórmula que funciona. Los empleadores han ahorrado en los gastos generales y el nivel de productividad de su personal es mayor. Además, los empleados experimentan más conciliación entre su vida laboral y personal.
No hay motivo alguno que justifique volver a lo que durante décadas se estableció como norma, y ello nos brinda la oportunidad de debatir qué medios y métodos funcionarán mejor y defenderán los intereses de los trabajadores y los colectivos en los próximos años.
En función del género
Esta investigación de lvanti demuestra que la experiencia del trabajo a distancia, así como la modalidad híbrida de los profesionales varía en función del género. En esta cultura tan digital, hay más hombres que mujeres que afirman haber perdido el contacto personal con sus compañeros de trabajo. Sin embargo, las mujeres son las que más se han beneficiado en general de la flexibilidad que conlleva el teletrabajo.
Una experiencia desigual de los empleados que no se puede ignorar. Los empresarios deben responder adoptando una tecnología que facilite la colaboración y reduzca las discrepancias en la experiencia entre géneros, y eso empieza por priorizar la participación de los empleados en cada implementación tecnológica.
El estudio pone de manifiesto que la revolución en cuanto a las prioridades de los empleados continúa: un 70% de los encuestados asegura que, si tuviera que elegir, preferiría la opción de teletrabajar frente a conseguir un ascenso. Sin embargo, y a pesar de su popularidad, el teletrabajo es un arma de doble filo, con un 10% de encuestados que reconoce efectos negativos en su salud mental. En cuanto a las posibles modalidades del futuro del trabajo, la investigación concluye que el 42% de los empleados prefiere un modelo de trabajo híbrido, categoría que ha aumentado un 5% desde el último estudio.
Charlar frente a la máquina de café
El 30% declaró que preferiría trabajar desde casa de forma permanente, lo que supone un descenso del 20% desde el último estudio y demuestra que son muchos los empleados que desean volver a relacionarse con sus compañeros. Este descenso podría atribuirse también al hecho de que, si bien el trabajo a distancia ha supuesto numerosos cambios positivos –como el ahorro de tiempo, consecuencia de la reducción de los desplazamientos (48%), una mayor conciliación entre la vida familiar y laboral (43%) y un horario de trabajo más flexible (43%)– ha tenido también algunos inconvenientes. De hecho, el 49 % de los encuestados afirman haberse visto afectados negativamente por el teletrabajo; entre las principales desventajas, están la falta de interacción con los compañeros (51%), la dificultad para colaborar o comunicarse de forma eficaz (28%), el ruido y las distracciones (27%).
La automatización será cada vez más relevante, dado que se prevé que los entornos sean cada vez más complejos. De hecho, el 15% de los encuestados afirma que prefiere trabajar desde cualquier lugar, lo que supone un aumento del 87% desde el último estudio.
Otro dato interesante es que el 22% de los encuestados considera haberse convertido en “nómada digital” durante la pandemia, y el 18% reconoce que está considerando serlo. Tan solo un 13% declara que le gustaría trabajar de forma permanente en la oficina, lo que supone un descenso del 11% desde el último estudio.
El estudio pone también de manifiesto que algo menos de una cuarta parte (24%) de los encuestados abandonó su trabajo en el último año, y el 28% tiene previsto hacerlo en los próximos seis meses. Si se tiene en cuenta a los encuestados de entre 25 y 34 años, el porcentaje de empleados que tienen intención de abandonar su trabajo en los próximos seis meses asciende al 36%. Las políticas de regreso a la oficina son el factor clave detrás de esas bajas, pues casi una cuarta parte (un considerable 24%) admite que renunciaría a su puesto de trabajo si su empresa aplicara una política de incorporación a la oficina a tiempo completo.
Si deseas descargar el informe completo puedes hacerlo pinchando este enlace:
Imagen: 123RF