¿Se necesita usar mascarilla si se utilizan pantallas de protección facial?

Redacción20 enero 20214min

La alerta sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus ha afectado a todos los ámbitos de nuestras vidas, tanto a nivel personal y familiar como social y laboral. La preservación de la salud de los trabajadores ha sido uno de los principales objetivos de las autoridades sanitarias desde que comenzaron a tomarse medidas para frenar los contagios en el mes de marzo de 2020. Todo parece indicar que este nuevo año 2021 volverá a ser un campo de batalla frente al maldito virus y que las medidas de protección deberán mantenerse con intensidad, a pesar de haber comenzado el proceso de vacunación de la ciudadanía.

Es fundamental que los dispositivos de seguridad y equipos de protección personal suministrados por las empresas sean de calidad, como las pantallas de protección facial, las mascarillas, los geles hidroalcohólicos y la mampara de protección COVID de Caja Cartón Embalaje.

El uso de pantallas de protección facial

La actual normativa respecto al uso de mascarillas obliga a llevarlas en espacios públicos exteriores e interiores por toda persona mayor de 6 años o que no tenga una patología incompatible con su uso.

Las mascarillas deben estar homologadas y ser preferentemente quirúrgicas o higiénicas, cubriendo la boca y la nariz. Las normas no contemplan el uso de viseras o pantallas protectoras como sustitutas de las mascarillas.

Las pantallas protectoras de plásticos están destinadas a cubrir los ojos y la cara para evitar posibles salpicaduras de aerosoles, partículas o líquidos, especialmente cuando se está en estrecho contacto con personas enfermas; por lo tanto, su uso es muy recomendable para el personal laboral potencialmente expuesto.

Las viseras o pantallas faciales son menos efectivas que las mascarillas, que son obligatorias en cualquier caso, pero son un elemento complementario muy eficiente.

Ventajas de las pantallas de protección facial

A pesar de ser obligatorio el uso de mascarillas al mismo tiempo que se lleva puesta una pantalla de protección facial, este tipo de EPI contribuye en buena medida a la reducción y protección frente a posibles contagios.

Por una parte protegen los ojos (una de las vías por las que se puede contagiar el virus) y por otra impiden que los usuarios se lleven las manos a la cara.

Aunque en menor grado que las mascarillas, también sirven de protección de las vías respiratorias, pudiendo impedir la inhalación de aire contaminado por el coronavirus. En las actuales circunstancias toda prevención es bienvenida.

Otra de las grandes ventajas de las pantallas de protección facial es que se pueden desinfectar después de cada uso utilizando detergente y agua. Únicamente se necesitan enjuagar y limpiar los restos que en ellas pudieran quedar.

Para una limpieza más profunda se pueden rociar en alcohol de 70 grados y dejar que se evapore.

Por último, las pantallas protectoras son muy cómodas, pudiendo ser utilizadas sin problemas por personas que lleven gafas.

Las pantallas de protección facial son unos excelentes complementos para las mascarillas, reforzando la seguridad de no ser contagiado. Toda precaución es poca en estos momentos en los que los contagios se han vuelto a disparar y las vacunas aún no han tenido tiempo para crear la ansiada inmunidad de rebaño.


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