Reinventando la diversidad, la igualdad y la inclusión

Jaime Rodríguez3 marzo 20225min

Parafraseando el dicho, el dinero ya no compra la fidelidad. Por eso, las empresas deben repensar el enfoque de sus políticas de diversidad de género, lo mismo que las de diversidad e inclusión. Porque también en esto está la retención de talento. Y es que las organizaciones tienen por delante un trabajo serio que hacer, ahora que sabemos que la pandemia ha ensanchado aún la brecha laboral (en especial, en su aspecto salarial). Y aunque puede ser tentador recurrir a los programas tradicionales de diversidad, igualdad e inclusión, a veces olvidamos que, siendo fundamentales en los logros conseguidos hasta ahora, no fueron diseñados para abordar los desafíos que nos aguardan.

Estas políticas (de diversidad, igualdad e inclusión) han servido, durante muchos años para impulsar estratégicamente mejoras para la mujer. Suelen centrarse en eliminar las conductas discriminatorias, en lograr la igualdad en el lugar de trabajo y aumentar la presencia de las mujeres en los puestos de liderazgo. Acciones complementarias de Recursos Humanos también tienen como objetivo nivelar el campo de juego y fomentar el talento femenino.

Nuevas formas de abordar el asunto

Sin embargo, como argumentan en Boston Consulting Group, estos programas y políticas son insuficientes para resolver el desgaste a gran escala que ha traído la pandemia. Porque las crecientes demandas del trabajo y el hogar han hecho más visible si cabe los roles de las mujeres como principales cuidadoras en la mayoría de las familias y los hogares. Encuestas recientes han señalado que solo el 35% de las madres trabajadoras dicen planearse trabajar como lo hacían antes de la llegada del maldito patógeno y de que este pusiese patas arriba nuestra sociedad.

Armadas con una nueva claridad sobre las prioridades y los valores, muchas mujeres han modificado profundamente sus expectativas sobre su trabajo, sus empleadores y sus vidas.

Las empresas necesitan encontrar nuevas formas de abordar la amplitud y magnitud de los desafíos actuales. Tienen ante sí el desafío de comprender las motivaciones de las mujeres, y cómo toman decisiones sobre sus trabajos y sus carreras. Deben incluir también a muchas más mujeres en todos los puestos de su organigrama, y ampliar sus objetivos y acciones. Como ha dicho hace poco el responsable de Diversidad e Inclusión de una firma de servicios financieros: “Hemos estado trabajando diligentemente para implementar todas las mejores prácticas en este terreno, pero no van a ser suficientes para hacer frente a lo que puede suceder a partir de ahora”.

Diversidad, igualdad, inclusión

Ni que decir tiene que las políticas de diversidad y de igualdad de género han progresado en el logro de sus objetivos originales, pero deben ser mucho más audaces y ambiciosos para abordar la nueva situación pospandémica. Y Boston Consulting Group, que ha entrevistado para ello a cerca de 3.500 empleadas estadounidenses y a más de 4.000 trabajadores masculinos avanza algunas hipótesis:

  • Los empleados no se van a conformar, como lo han demostrando recientemente con la famosa Gran Renuncia. Las empresas deben comprender y abordar las causas subyacentes de las salidas y el descontento de sus plantillas.
  • Los trabajadores tomarán decisiones sobre sus carreras que satisfagan tanto sus necesidades funcionales (el equilibrio entre trabajo y vida personal, y la compensación), como las emocionales (sentirse incentivadas, seguras o valoradas en el trabajo).
  • Un amplio conjunto de factores (desplazamiento demográfico en busca de lazos familiares, cambio en el contexto de vida…) pueden ser potencialmente importantes para influir en estas necesidades.
  • Las nuevas demandas, basada en esas necesidades, pueden servir como base para crear propuestas de valor para los empleados. Que mejoren su experiencia, y creen un ambiente de trabajo motivador, los aliente a quedarse, y en última instancia, mejore sus resultados.

Al menos es como para “darle una vuelta”. No vaya a ser que el regreso definitivo a la normalidad –ea cuando sea– traiga algún quebradero de cabeza a quienes no hayan previsto que las cosas ya nunca van a ser iguales. Al menos en esto.


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