Pendientes de averiguar cómo serán las profesiones y los profesionales del futuro

Jaime Rodríguez19 abril 20229min

Analista de datos, desarrollador de software, técnico en impresión 3D, piloto de drones… Dos informes recientes, de Boston Consulting Group y de NTT Data, abordan el tema del trabajo y los profesionales del futuro. Algo que, en realidad, nos tiene intrigados a todos. Y es que la tecnología lleva ya más de una década revolucionando los mercados laborales, y ya es hora de que, tanto las autoridades públicas, como las empresas –e incluso las personas– miren más allá de los números y las estadísticas, y comiencen a considerar cómo se van a ver afectadas las profesiones y, por lo tanto, las vidas de millones de personas.

El estudio de Boston Consulting Group y la firma de análisis Faethm analiza el impacto de las tecnologías de automatización en los mercados laborales en tres países, geográficamente distantes, al tratarse de tres continentes diferentes, pero representativos del mundo occidental: Australia, Alemania y EEUU.

El informe ofrece información útil para que las partes interesadas pueden prepararse para un futuro digital. Por ejemplo, recomienda a los gobiernos perfeccionar sus predicciones sobre cómo cambiará la fuerza laboral con el tiempo y desarrollar programas de capacitación para brindar nuevas habilidades a los trabajadores con mayor riesgo de queda desplazados. A las empresas, anticipar las habilidades y capacidades que necesitarán para tener éxito en el futuro, mejorar sus programas de reclutamiento y retención y construir una cultura de aprendizaje permanente.

Y las personas, a las que recuerda que también pueden ayudar, su consejo es aprender nuevas habilidades de manera proactiva y ser flexibles con respecto a los cambios a lo largo del tiempo.

El futuro del trabajo en la era de la IA

La creciente adopción de la automatización, la inteligencia artificial y otras tecnologías sugiere que el papel de los humanos en la economía se reducirá drásticamente, eliminando millones de puestos de trabajo en el proceso. La pandemia aceleró este efecto en 2020, impulsó la digitalización, como nunca antes hubiésemos imaginado, y quizá la haya establecido ya de forma permanente en algunas áreas.

Sin embargo, la imagen real de esta instantánea tiene muchos otros matices: aunque estas tecnologías eliminarán algunos puestos de trabajo, crearán muchos otros. Y los gobiernos, las empresas y las personas deben comprender estos cambios cuando piensen en el futuro.

Para Boston Consulting Group hay tres componentes de a la hora de analizar los desequilibrios de la fuerza laboral: la oferta y demanda de mano de obra, las diferentes tasas de adopción de tecnología y el crecimiento del PIB. Puesto que, en general, los ordenadores se ocupan sin problemas de labores que los humanos encuentran complicadas o les lleva tiempo solventar. Pero tienden a funcionar de manera menos efectiva en tareas que los humanos encuentran fáciles de hacer. Si bien las nuevas tecnologías eliminarán algunas profesiones, en muchas áreas mejorarán la calidad del trabajo que realizamos los humanos al permitir que nos concentremos en tareas más estratégicas, que crean valor añadido y son personalmente más gratificantes.

Donde hay un problema hay una oportunidad

La conclusión de este análisis es que, por cada seis trabajos que se automatizan o aumentan con las nuevas tecnologías, se necesitará un trabajo adicional para desarrollar, implementar y ejecutar esas nuevas tecnologías. En conjunto, esos roles recién creados abarcarán no menos de 63 ocupaciones. En especial, en dos terrenos: el de la ciencia de datos y el del desarrollo de software.

Una mayor automatización del trabajo también creará oportunidades significativas. Principalmente, permitirá a los trabajadores realizar tareas de mayor valor. Por ejemplo, la eliminación de tareas mundanas y repetitivas en profesiones legales, contables, administrativas y similares abre la posibilidad de que los empleados asuman roles más estratégicos. Esto también ilustra cómo la automatización afectará no solo a los trabajos por así decir manuales, sino también a las tareas de oficina.

Mientras tanto, las habilidades humanas básicas, como la empatía, la imaginación, la creatividad y la inteligencia emocional, que no pueden ser replicadas por la tecnología, se volverán más valiosas. La oferta de talento para ocupaciones que requieren estas habilidades, como trabajadores de la salud, maestros y consejeros, actualmente es limitada, lo que provoca las grandes deficiencias que vemos en estas actividades. Y problemas como el del patógeno que nos tiene sumidos en la zozobra desde hace dos años subrayan la importancia de estas ocupaciones para garantizar el bienestar social.

Profesionales del futuro

Por su parte, el informe de NTT Data Profesionales del Futuro muestra un análisis del impacto del contexto actual en los comportamientos de los profesionales, y ofrece un panorama sobre las expectativas del mercado laboral en los próximos cinco años.

Esta consultoría de TI trata de comprender los puntos clave sobre los que se desarrollará el trabajo que viene. Y entre los hallazgos del mismo resalta que, a pesar de las circunstancias y con poca certeza sobre lo que puede ocurrir en los años por venir, un 47% de los encuestados tiene una visión positiva y optimista sobre el futuro laboral para los próximos cinco años.

Dos conflictos concretos detonan la inquietud de la media: el 48% admite sentirse preocupado por la discrepancia generacional –en la que se valora más la juventud, que nace en el universo digital– que la experiencia; y el 41% siente temor por la relación humano-máquina.

En cuanto al perfil del profesional del futuro, el comportamiento humano será cada vez más valorado, según los encuestados; es decir, la empatía marcará la diferencia y la visión de trabajo en equipo cobrará gran importancia. Además, el profesional del futuro ha de ser flexible a diferentes situaciones y disponer de una visión global y actualizada.

Las habilidades mencionadas como diferenciadores en el mercado laboral para el 2025 según el estudio son: capacidad de aprendizaje constante (51.9%), adaptabilidad y flexibilidad (50%), facilidad de relación y comunicación (43.9%) e inteligencia emocional (31%).

El líder que estará al frente

Del líder del futuro, los colaboradores esperan que tenga buenas habilidades de comunicación con el equipo (54%), que trabaje en equipo (40.3%) y que sea capaz de ser empático y enfrentar retos de salud mental de los colaboradores (38.6%).

En cuanto a las expectativas que tienen de las empresas, el 80.7% espera que las compañías entiendan y respeten el tiempo personal, mientras que el 96.7% explica que prefiere trabajar en un formato diferente al tradicional. De hecho, a casi la mitad (40.39%) le gustaría trabajar con una política flexible donde puedan decidir los mejores horarios y formatos.

El informe detalla que existen dos expectativas tradicionales que siguen siendo importantes: la política de desarrollo y los beneficios flexibles. El 67.8% de los participantes mencionó esperar que la empresa invierta en su educación y desarrollo, y el 44.9% espera ventajas que les ayudan a mejorar su calidad de vida (seguro médico, transporte, alimentación, etcétera).

Puedes descargar el estudio de NTT Data pulsando este botón

Imagen: 123RF


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