■ El traslado de oficinas se ha integrado dentro del modelo de compensación total en su apartado de medidas de conciliación.
“Queríamos hacer de la crisis un ‘y-y’ y no un ‘o-o’, ahorrando costes y, a la vez beneficiando al empleado”. Con esta filosofía ha abordado Kellogg su reciente cambio de sede social que ha supuesto, también, una profunda transformación de los espacios de trabajo, del aprovechamiento de los recursos y de la cultura misma de la organización.
Su directora de RR.HH., Susana Gómez, ha participado en el III Desayuno-Debate “Equilibrio emocional en el trabajo: Hacerlo bien y hacerlo saber”, organizado por Psya Asistencia y Aedipe Centro, en el que ha explicado cómo el concepto de flexibilidad, no sólo en tiempo sino también en espacio, ha presidido todos los criterios para diseñar el nuevo centro de trabajo.
“Lo que hemos hecho es integrar el traslado de oficinas dentro de nuestro modelo de compensación total en su apartado de medidas de conciliación -explica la DRH-, y lo hemos hecho así porque queremos consolidar nuestra posición como GPTW; implantar un modelo holístico de flexibilidad (espacio & tiempo); optimizar los costes haciendo de la crisis una oportunidad; posicionarnos como un ejemplo de sostenibilidad y buscar una situación “win-win” tanto para la compañía como para los empleados”.
LA FLEXIBILIDAD TEMPORAL
Lo que podría haber sido una operación inmobiliaria rentable únicamente en términos de coste por metro cuadrado se ha convertido en toda una demostración de posicionamiento con los empleados, que también han salido doblemente beneficiados: con una mayor disponibilidad de su tiempo y con el disfrute gratuito de dispositivos móviles para toda la plantilla (sin exclusión alguna: móvil, ADSL y módem 3G + llamadas gratuitas a fijos nacionales). Así, manteniendo la coordinación interna en los equipos se puede optar por el teletrabajo con la única condición de estar disponible para ser citado a una reunión de 10.00 a 17.00 horas.
LA FLEXIBILIDAD ESPACIAL
Junto con esta flexibilidad temporal, el diseño de los lugares de trabajo, amplio y abierto, asegura también la flexibilidad espacial. En la nueva sede de Kellogg no hay despachos para nadie –“ni siquiera para el Director General”-, ni mesas asignadas; cada noche todos los empleados recogen sus pertenencias y las depositan en una taquilla para garantizar así la confidencialidad de su documentación. Al día siguiente eligen zona de trabajo en función de la tarea que estén desempeñando, pudiendo optar por salas de reuniones de distintos tamaños, una biblioteca, salas de videoconferencias, áreas de esparcimiento para reuniones informales, etc.
UNA OFICINA EFICIENTE Y SOSTENIBLE
Todos los materiales utilizados en el equipamiento y decoración son reciclados y/o reciclables, el consumo energético es eficiente, habiéndose aprovechado al máximo la luz solar incluso para generar energía de autoconsumo, se ha apostado por la oficina sin papeles reduciéndose drásticamente el número de impresoras y ubicándolas en áreas de servicio específicas. Con todo ello, la compañía ha visto disminuir su factura un 35% en lo que se refiere a los gastos del edificio; un 65% en electricidad; un 70 por ciento en papel y un 65 por ciento en tóner.
