Mi deseo para 2018: ¡Más empleados y menos autónomos!

Redacción22 enero 20184min

Desde la irrupción brutal de la crisis económica en el 2007 hay un modelo socio laboral que se está imponiendo cada vez con más fuerza en su storytelling: hazte emprendedor (antes autónomo) y pon en marcha una start-up (antes tu pequeño negocio) que así triunfarás en la vida… y si fracasas, no importa, ¡repite el intento con lo que hayas aprendido de tus errores!

Siendo verdad que el Mundo después de la invención de Internet, y en particular, el Internet de las cosas, está cambiando mucho el panorama empresarial y la forma de hacer negocios, no es menos verdad que seguiremos necesitando grandes empresas que fabriquen coches, aviones, cervezas, ascensores, pasta de dientes,… empresas que construyan carreteras, que cuiden de nuestra salud, que nos aseguren la obtención y distribución de energía, gas, gasolina, que nos acerquen a casa los productos necesarios para alimentarnos y asearnos … y todas ellas están en la base de lo que las personas necesitamos para tener una adecuada calidad de vida.

El discurso dominante es que el mundo será de los emprendedores, pero no se enfatiza lo suficiente ni que la mayoría de ellos fracasa y se arruina en el intento ni que los empleados tienen muchos más derechos socio laborales que los autónomos.

Los autónomos no tienen vacaciones pagadas, solo días que no cobran, los autónomos no cobran cuando están enfermos, frente al 100% que cobran los empleados en muchas empresas privadas, los autónomos no disfrutan de su permiso de paternidad, y el de maternidad con enormes sacrificios, los autónomos no cobran si un día lo dedican a formarse, o si, sencillamente, quieren acudir a la boda de un hijo, el autónomo tiene que pagar de su bolsillo la Seguridad Social, el sueldo del autónomo es 100% variable, y aunque hubiera cobrado toda su vida más de 100.000 € al año, va a cobrar una pensión muy inferior a cualquier empleado por cuenta ajena que haya cobrado más de 36.000 € al año en su vida profesional…

Además, el autónomo no cobra si un día lo dedica a pensar en el futuro de su negocio, ni por la gestión comercial y de marketing, que si embargo cuenta con empleados pagados en las empresas privadas, el autónomo no cobra por la gestión financiera de su negocio, sino que, con frecuencia, le cuesta dinero por contratar una gestoría para la administración de su negocio…

El autónomo sólo cobra en el momento de la verdad: cuando vende su producto o servicio, … efectivamente, como cualquier empresa (¡pero no como cualquier empleado!)

Siempre ha habido autónomos y siempre los habrá, pero una sociedad en la que el empleo pasa masivamente de empleados por cuenta ajena a emprendedores autónomos supondría, en la práctica, la mayor reducción de derechos laborales y sociales en décadas y muchos creemos que la sociedad española ni necesita ni se merece esa dinámica.

Mi deseo para 2018 es que las empresas españolas busquen el aumento de ingresos y no solo la disminución de costes, que se animen a contratar más empleados, que, bien motivados, les darán enormes alegrías, incluyendo entre ellas el aumento de los beneficios, en definitiva, que, para un profesional, ser autónomo en España sea el Plan B, y no en el Plan A en su vida.

Por todo lo anterior queda claro mi deseo para el año que se nos echa encima:

¡Más empleados y menos autónomos!

Artículo escrito por Ángel Aledo, Socio Director de 1+1=3 RRHH.


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