El cerebro no piensa pero lo parece. Sólo hace dos cosas: almacena y asocia. No puede crear desde la nada y necesita hacer asociaciones con la información que tiene. El cerebro es nuestra peculiar máquina tragaperras; el premio es sólo una de las múltiples combinaciones de los n elementos que giran en sus tambores. Y para que sea de verdad un premio gordo necesita que los n elementos sean muchos, porque así la combinación ganadora será realmente diferencial. Con esta llamada a llenar nuestro cerebro de conocimientos inició el mago y showman de El Hormiguero Jandro su intervención en el TedXMoncloa 2012, organizado por segundo año consecutivo por Grupo Actual y que ha querido explorar el lado creativo del cerebro, el hemisferio derecho.
Como responsable de los guiones del programa dirigido por Pablo Motos, Jandro construyó un discurso divertido e ingenioso en torno a la creatividad y a los frenos que nos impiden desplegarla en toda nuestra capacidad. “El ridículo y el rechazo son nuestros miedos. El ridículo no existe, es una opción personal de cada uno (y lo dice él tras una carrera por la T4 madrileña después de un desmaquillaje incompleto que le dejó las orejas pintadas de verde), y el rechazo sí existe pero es normal, no podemos dejarnos condicionar por él; de hecho, es bueno porque nos hace que nos esforcemos más. Yo he decidido no tener miedos y vivo más feliz y soy más creativo”.
También habló de la percepción del tiempo y animó a cambiar nuestros ‘sólos’ por los ‘aúnes’. “‘Sólo’ implica poco y ‘aún’ significa suficiente; ‘sólo’ te mete presión, ‘aún’ te da tranquilidad. El ‘solo’ nos genera un problema nuevo, el del tiempo, que no se puede cambiar”. Algo tan sencillo como sustituir un adverbio por otro hace milagros a la hora de encarar los problemas, transformándolos en retos asumibles.
