La diversidad ya no es lo excepcional aunque nos empeñemos en gestionarla como tal, y ser conscientes de ello es necesario para que las organizaciones puedan aprovechar todo el potencial habilitador que tiene para sus estrategias de talento. Así lo ha afirmado Andrés Tapia, senior partner de Korn Ferry y líder de la firma en su práctica mundial de Diversidad e Inclusión, durante la charla que ha impartido en Madrid a un exclusivo grupo de directores de RR.HH. Tapia ha colaborado con organizaciones de todo el mundo en la definición sus estrategias de diversidad y su libro “The inclusion Paradox: The Post-Obama Era and the Transformation of Global Diversity”, es una referencia bibliográfica en empresas y universidades.
¿En qué forma la diversidad “está al revés”? En opinión del experto, cinco realidades lo corroboran:
– Ser joven es tener experiencia: La existencia de los babyboomers ha sido previsible pero la de los millennials es pura adaptación, rápida y continuada. El 50% de los empleados mundiales son jóvenes, su expectativa de permanencia en el puesto de trabajo es de 3 años y esperan ocupar entre 15 y 20 posiciones diferentes a lo largo de su carrera profesional.
– Ser una minoría es ser la mayoría: En USA hay 50 ciudades en las que las minorías constituyen la mayoría de la población, y en Reino Unido los británicos serán los menos numerosos en 2066. En 2050 el 30% de la población será musulmana.
– Ser mujer también tiene sus ventajas: Desde 2015 2/3 de la población universitaria mundial es femenina y copa los mejores expedientes académicos. Las mujeres van ganando ventaja competitiva en términos de formación y de competencias “resilientes”.
– La discapacidad también tiene capacidades: Más allá del compliance, su integración en las organizaciones es una estrategia de talento que redefine el significado del “gap experience”.
– “To be out is to be in”: El matrimonio gay ha sido legalizado en numerosos países, la libertad religiosa visibiliza ritos y normaliza hábitos…
“A efectos de estrategia la diversidad es la mezcla y la inclusión es cómo de bien funciona esa mezcla. El problema es que muchas compañías se han centrado en la primera sin preocuparse de la segunda -ha explicado Tapia-. Biológicamente hablando la diversidad es una audacia que nos enfrenta a nuestra tendencia natural de rodearnos de nuestros iguales. Queremos incorporarla por razones de competitividad pero la enfrentamos con miedo”.
Para activar la diversidad necesitamos una cultura de inclusión que necesariamente ha de ser impulsada por un líder también inclusivo que entienda el concepto de crosscultural agility: yo entiendo y necesito tus diferencias y tú entiendes y necesitas las mías. El experto de Korn Ferry concluyó formulando la que considera es la gran paradoja de la diversidad y que da título a su libro: igualdad no significa igual. Por ello, su gestión necesita de estrategia.
