Seniors, caros y, sin embargo, necesarios. Los mayores de 50 nutren de forma abultada los expedientes de regulación de empleo cursados durante la crisis en un intento de las compañías por aligerar sus costes de personal para mantener quizá la competitividad o quizá su supervivencia. Esta estrategia comienza a tener los días contados en el entorno de una economía basada en el conocimiento que envejece por momentos y así lo advierte el último estudio realizado por The Economist Intellegence Unit y Towers Watson, “Is 75 the new 65? Rising to the challenge of an ageing workforce”. Sus autores llaman la atención sobre la necesidad que van a tener las empresas de adaptar sus políticas de retribución, en particular la de los empleados altamente cualificados y con experiencia, para que alarguen su vida laboral de una forma más flexible, debido a que gran parte de la carga del bienestar social (sanidad y pensiones) recaerá en un futuro próximo sobre las empresas.
En líneas generales, la gestión del talento, el compromiso y el envejecimiento –por este orden- serán los principales temas que preocuparán a los Recursos Humanos en el año 2020, según los encuestados, a los que se le añade la diversidad, que aparece reflejado como uno de los aspectos más importantes para los directivos españoles.
Entrando en el detalle del estudio, salvo España, Italia y Francia, donde la deuda pública y la austeridad son, todavía, los desafíos más grandes, el cambio demográfico es la primera preocupación de la mayor parte del continente europeo. El 86% de los encuestados españoles en el estudio realizado por The Economist y Towers Waton piensa que la contratación de empleados mayores de 60 años se incrementará en 2020. En este contexto, las empresas desempeñarán un papel fundamental para hacerse cargo del bienestar de sus empleados seniors en dos aspectos fundamentales: sistema sanitario y jubilaciones. La gestión de estos pluses, además del salario, serán las principales razones por las que las personas mayores estarán satisfechas con su trabajo, según los encuestados.
JUBILACIÓN Y CONCILIACIÓN, LAS MAYORES PREOCUPACIONES EN ESPAÑA
Los datos segmentados en nuestro país reflejan que, a fecha de hoy, el 84% de los ejecutivos españoles cree que el miedo a no perder el trabajo es la prioridad de sus trabajadores (frente al 62% europeo). Una tendencia que cambiará radicalmente para 2020: sólo el 20% piensa que será una prioridad (frente al 29% europeo). Según los ejecutivos, los nuevos temas que preocuparán a los empleados de cara al nuevo escenario económico en el 2020, serán los ahorros de jubilación (44% de los españoles vs. 29% de la media europea) y la conciliación de la vida laboral (44% de los españoles vs. 45% de la media europea).
Sin embargo, los ejecutivos españoles son los más escépticos de Europa a la hora de preparar el nuevo entorno laboral para los empleados mayores, ya que sólo menos de 1 de cada 3 (29%) de los ejecutivos prevé cambiar el paquete de beneficios para antes de 2020, frente al 52% de los europeos. En paralelo, su mayor preocupación es la de asegurar que los empleados mayores se mantengan actualizados en sus habilidades (51% de los españoles frente a un 46% europeo).
No obstante, existen también otros juicios de estos ejecutivos a favor de los trabajadores mayores. El 59% cree que tienen mejores habilidades que los jóvenes, frente al 43% europeo. Por otra parte, en España opinan que el 36% de los trabajadores mayores no son menos productivos que los jóvenes; mientras que los ejecutivos europeos, menos de la mitad (48%) dicen no ser menos productivos.
Las tendencias demográficas y económicas también obligan a repensar en la jubilación y la gestión del talento. Muchos empresarios tendrán que reconsiderar los beneficios que aportan a los empleados, además del salario, para que quieran trabajar en su compañía. En cuanto a la asistencia sanitaria, el 73% de los ejecutivos españoles están de acuerdo en que su responsabilidad en el confort de los trabajadores y su participación en la carga del bienestar social aumentará. Más de la mitad de los ejecutivos españoles encuestados (55%) espera que el Estado tenga un papel menor en la prestación de la asistencia sanitaria, que recaerá en mayor medida en los empleadores. Ejecutivos de Francia, Italia y los Países Bajos tienen más probabilidades que los de otros países de sentir de esta tendencia.
A este respecto, el 64% de los directivos españoles cree que el aumento de la edad de jubilación hará que los empleados demanden un paquete de beneficios, como un seguro de salud; porcentaje muy superior a lo que espera la media europea (un 40%). Sin embargo, sólo el 13% de estos directivos prevé que se incremente el trabajo flexible, a diferencia del 37% de los directivos europeos, que esperan que suceda esto. Y en el caso de las prestaciones por jubilación, el 54% de los encuestados considera que sirven para retener y atraer a los empleados, una percepción que no cambiará para 2020 y en la que tampoco hay diferencia con el resto de la media europea.
A la luz de todos estos datos, Gregorio Gil de Rozas, responsable del área de Previsión Social de Towers Watson, se pregunta si el aumento de los beneficios de los empleados significa repensar necesariamente en un aumento de los costes: “Si las personas mayores tienen un estilo de vida saludable no hay ninguna razón por la que no pueden optar por seguir trabajando más allá de la edad de jubilación y esto no supondría ninguna carga adicional para el empleador», opina. “Una fuerza laboral que envejece significa que tenemos que hacer cambios o ajustes, pero estos cambios se pueden gestionar de forma productiva sin que haya implicaciones negativas”.
