Las empresas demandan cada vez con más insistencia mantener espacios en el día a día donde los profesionales puedan intercambiar conocimientos y experiencias útiles con sus pares.Un conocimiento y una experiencia que deben permitir la apertura organizacional a nuevas formas de hacer más convenientes, a nuevas líneas de trabajo o a la detención de nuevas oportunidades para el negocio.
Estos espacios surgen de manera espontánea con un alcance muy limitado entorno a las máquinas de vending, la cafetería o en el calor de los debates en las acciones formativas. Pero ¿cómo darle a este espacio cierta institucionalidad para garantizar su mantenimiento a lo largo del tiempo y la persecución de unos determinados objetivos? Creando una comunidad de práctica (CoP).
Si quieres leer más, el artículo continua en el blog de la autora
Rocio Cervantes, Consultora de RR.HH. y entrenadora en gestión de personas, info@rociocervantes.com