
El estudio de Randstad también incide en que el número de ‘Ni-nis’, los menores de 29 años que ni trabajan ni estudian, está registrando una caída del 26,3% durante el último lustro. De este modo, en este 2019 el volumen de ‘Ni-nis’ es de 1.234.500, mientras que en 2014 fue de 1.674.200. Aunque la tendencia del periodo es negativa, en este último año se ha registrado un ligero incremento del 1,35%. A pesar de la reducción de la brecha entre ambos, el número de ‘Ni-nis’ es aún un 45,6% superior a los ‘Sí-sís’.
El aumento del número de jóvenes que estudian y trabajan no solo es síntoma de la mejora del mercado laboral para esta franja de edad, sino que significa que se están confiando en la formación porque relacionan un buen nivel de cualificación con mayores posibilidades de encontrar un trabajo satisfactorio. Tanto es así, que en el tercer trimestre de 2019 el 23,6% de los jóvenes ocupados estudia además de trabajar.
Randstad también ha tenido en cuenta el género para llevar a cabo su estudio. En este sentido, las mujeres muestran mayor predisposición a la combinación de estudio y trabajo. Esto se refleja en que el 53,2% del total de ‘Sí-sís’ son mujeres, frente a un 46,8% de hombres, 6,4 puntos porcentuales de diferencia.
El nivel de formación también ha sido tenido en cuenta y el estudio de Randstad afirma que el grupo más importante de los menores de 29 que trabajan y estudian son los que cuentan con formación secundaria, que suponen el 55% del total. Les siguen, con el 44,2%, los profesionales con educación superior.
Según Valentín Bote, director de Randstad Research, “estas cifras son especialmente relevantes, ya que demuestran que los jóvenes están volviendo a apostar de manera creciente por la formación como manera de combatir la inestabilidad laboral”. Dicho cambio de tendencia supone “un buen síntoma de que el mercado laboral de los jóvenes está estabilizándose y consolidándose con respecto al de hace años”.