Las estadísticas lo dejan bien claro: más de la mitad de las personas en edad de trabajar en España reconoce estar en riesgo de sufrir estrés laboral. El propio INE eleva la cifra estadística por encima del 60%. Y las distintas estadísticas que vamos a conocer hoy, 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, el estrés es ya el segundo motivo por el que los empleados solicitan más bajas laborales, por detrás de las dolencias musculares y óseas. No en vano, este año el lema de la celebración de un día especial para luchar contra la lacra de las enfermedades originadas a causa de la actividad profesional es “Estrés en el trabajo, un reto colectivo”.
La situación se ha visto, sin duda, agravada a raíz de la pandemia. Y es que, con independencia de que los propios empleados traten de llevar una vida saludable, manteniendo una dieta alimenticia correcta, un descanso adecuado, algo de ejercicio y actividades para evadirse fuera del trabajo, la parte de la prevención del estrés laboral corresponde, sí o sí, a la intervención de las empresas.
Y aunque cada vez es mayor el número de estas que tiene una mayor consciencia acerca de la importancia de cuidar del bienestar de las plantillas, los expertos aseguran que queda todavía un largo camino por recorrer en este terreno, en el que pequeñas acciones o dinámicas pueden suponer un gran beneficio para el trabajador.
Pautas para mejorar el estrés laboral
La empresa de salario bajo demanda Hastee ha elaborado un decálogo de cinco consejos para proteger la salud de los trabajadores y fomentar su bienestar.
El diseño de los puestos de oficina y de los sistemas de trabajo, la definición clara de las competencias de los empleados, la organización de la jornada laboral y los turnos de trabajo, incluyendo descansos y pausas, la implementación de una política de personal adecuada o el diseño de un estilo de dirección y liderazgo que fomente la participación por parte de los trabajadores son iniciativas fundamentales a la hora de crear procedimientos que fomenten el cuidado holístico de la salud del empleado.
Promover la desconexión digital.
La desconexión digital es un derecho de los trabajadores, incluidos todos aquellos que trabajan a distancia. Y si preocupante es el dato del último estudio anual 360º Wellbeing Survey, que señala que el 74% de los trabajadores confiesa estar disponibles para temas relacionados con el trabajo durante toda la jornada, peor es el de que la mitad de ellos (45%) asegura que esa perpetua disponibilidad les hace sufrir estrés laboral. Es de vital importancia que las empresas respeten este tiempo necesario e imprescindible de descanso de los empleados, para evitar así las consecuencias negativas que una constante atención y responsabilidad puede tener sobre su salud.
Ofrecer beneficios sociales.
Una cosa es presumir de poner a las personas en el centro de las decisiones empresariales, y otra diferente es facilitarles a esos empleados herramientas que mejoren su calidad vida. Este es uno de los principales retos a los que se enfrentan las empresas; si desean ser sostenibles han de trabajar más la S de las siglas anglosajones ESG. Así, flexibilidad horaria, conciliación familiar, formación bonificada, seguro médico, cheques para comida, guardería o transporte e incentivos por productividad son algunos de los beneficios sociales más valorados por los trabajadores, merced al impacto directo que generan en su día a día familiar y, por tanto, en su salud física y psicológica.
Evitar el estrés financiero.
Consecuencia de la anterior, el impacto que tiene el bienestar financiero en la forma en la que se afronta el trabajo y la vida en general es enorme. Los gastos inesperados y la incapacidad de ahorrar suelen ser factores que pueden desencadenar estrés, ansiedad y otros trastornos. De hecho, según el último estudio realizado por Hastee, el 56% de los empleados afirma haber sufrido alteraciones físicas y emocionales debido al estrés financiero. Con soluciones ideadas para no tener que esperar a fin de mes para recibir la nómina, los empleados pueden beneficiarse de las ventajas del pago bajo demanda y disminuir e incluso evitar la aparición de las consecuencias tanto psicológicas como físicas que genera el estrés relacionado con el pago de facturas.
Normalizar el pedir ayuda.
Charlas instructivas, talleres motivacionales o encuentros con especialistas y psicólogos… Un aspecto fundamental para la prevención del estrés es el aumento del apoyo social en las organizaciones, favoreciendo la comunicación entre los grupos de trabajo y formando a los supervisores para que adopten una actitud de ayuda con los empleados. Las mencionadas son solo algunas de las actividades que pueden ayudar a dar visibilidad a las problemáticas que acarrea el estrés laboral. En definitiva, el objetivo es fomentar espacios seguros en los que los empleados puedan sentirse cómodos y protegidos para hablar con libertad de aquello que les preocupa o les está causando angustia.
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