Desde que llegó la pandemia del coronavirus a nuestras vidas, empresas de todos los tamaños se vieron obligadas a incluir el teletrabajo en sus agendas, incluso las que no creían en este sistema. Aunque de manera forzada y forzosa para mantener a flote los negocios, el empujón de la crisis del Covid-19 impulsó a las organizaciones, públicas y privadas, hacia un avance que venía siendo necesario, poniendo en el mapa la digitalización. Pasamos del teletrabajo inevitable a modelos híbridos que se han estirado como un chicle hasta la irremediable decisión de la vuelta a las oficinas por la que están optando no pocas compañías.
Si bien es cierto que algunas firmas han aprovechado el trance para asentar modernos modelos de trabajo, otras empresas han regresado a su mentalidad primitiva de tener a las plantillas en los espacios físicos laborales, recortando significativamente los días de teletrabajo o reduciéndolos por completo.
Como vemos, nos encontramos en un momento en el que no hay un criterio unánime por parte de las organizaciones y, aunque los datos marcan que el teletrabajo ha disminuido y quedará como opción minoritaria, no volverá a ser como antes de la pandemia cuando era casi inexistente.
En la evolución de la Encuesta de Población Activa (EPA) desde el segundo trimestre de 2020 hasta el tercer trimestre de 2022, vemos cómo los porcentajes de personas ocupadas que teletrabajaron más de la mitad de los días caen del 16,2 % en el segundo trimestre de 2020 al 6,6 % en el tercer trimestre de 2022. En cambio, el porcentaje de quienes trabajaron desde casa ocasionalmente durante el mismo periodo ascendió del 2,9 % al 5,4 %.
Fuente: EPA, INE.
Por su parte, LinkedIn indica que el número de ofertas de empleo totales que ofrecen trabajo a distancia ha descendido al 14 % durante este otoño, desde el 20 % al que llegó en primavera. Según esta red profesional, de las 20 profesiones que más crecen en nuestro país, el porcentaje de ofertas con opción a teletrabajo por encima del 30 % solo se reflejan en los puestos de ingeniero/a de fiabilidad del sitio (SRE, site reliability engineer), con un 59,2 %; responsable de Ensayos clínicos, con un 46,9 %; ingeniero/a de Datos, con un 32,9 %; y arquitecto/a de Sistemas en la nube, con un 30, 6 %.
- Site reliability engineer: 59,2 %.
- Responsable de Ensayos clínicos: 46,9 %.
- Ingeniero/a de Datos: 32,9 %.
- Arquitecto/a de Sistemas en la nube: 30, 6 %
- Desarrollador/a back-end: 25,7 %.
- Site specialist: 3,5 %.
- User experience research: 20,7 %.
- Ingeniero/a de infraestructura: 19,4 %.
- Ejecutivo/a de Cuentas de software: 18,9 %.
- Técnico/a de Selección de personal: 16,2 %.
- Ingeniero/a de Aplicaciones: 5,8 %.
- Customer relationship management analyst: 13,9 %.
- Responsable de Desarrollo de Negocio: 13,7 %.
- Responsable de Sostenibilidad: 9,2 %.
- Ingeniero/a de machine learning: 8,5 %.
- Experto/a en ciberseguridad: 3,3 %.
- Responsable de Cadena de suministro: 2,3 %.
- Responsable de Planificación estratégica: 1,3 %.
- Agente hipotecario: 0 %.
- Supervisor/a mecánico/a: 0 %.
Fuente: LinkedIn.
Si seguimos con fuentes norteamericanas como Kastle Systems, compañía de seguridad que hace el seguimiento de las entradas en los edificios de todo el país, la tendencia a la baja del teletrabajo es la misma, puesto que esta firma asegura que la ocupación de oficinas en las en las principales ciudades ronda el 48 %, lo que supone más del doble desde principios de año, cuando estaban al 20 %.
Por otra parte, la «II Radiografía del teletrabajo en España» que InfoJobs publicó el pasado mes de septiembre, señala una cifra récord de ofertas con teletrabajo durante este año, a pesar de la caída generalizada de este modelo. El desempeño profesional en remoto en España según la encuesta del portal de empleo español es de un 21 % de la población activa, lo que supone que una de cada cinco personas teletrabaja, bien al cien por cien o en modelo híbrido.
Sentimientos encontrados
De cualquier manera, si en tu empresa han decidido que ya es hora de volver a la oficina, seguro que tendrás sentimientos encontrados y compartirás algunas cuestiones como las que trata el segundo informe anual del «Índice de Tendencias Laborales de Microsoft» que destaca lo que los empleados consideran que «vale la pena». En este sentido, el estudio indica que el 32 % de los empleados híbridos españoles dice que su mayor desafío es saber cuándo y por qué ir a la oficina. Sin embargo, solo el 23 % de los líderes de nuestro país ha creado acuerdos con sus equipos para definir estas nuevas normas.
Sin duda, muchos los trabajadores reconocen las ventajas sociales y de colaboración del entorno presencial, aunque defienden la tranquilidad que les da olvidarse de los desplazamientos, de los ruidos y distracciones de la oficina y de tener que vestirse de manera menos cómoda.
Tanto si vuelves a la «normalidad anterior» de tiempo completo presencial como si lo haces en modalidad híbrida, ten en cuenta los siguientes consejos para hacerte el regreso más suave:
Conoce las ‘nuevas’ normas de tu empresa
Puede que con la entrada en vigor de la «oficina presencial» no tengas muy claro cuándo acudir a tu puesto de trabajo. Si la Dirección General de tu empresa no ha comunicado nada sobre el cambio, o no has entendido las indicaciones, pregunta a tu superior o al departamento de Recursos Humanos para conocer lo que debes hacer, cómo se aplicará la nueva política y desde cuándo.
Espacios de trabajo duplicados
Si tu situación se establece en el modelo híbrido, tendrás que mantener «dos oficinas». Planifica bien las herramientas que necesitas, así como las tareas más óptimas para realizar durante los días de teletrabajo y los presenciales.
Equilibrio entre el trabajo y el ámbito privado
Desde el confinamiento, el teletrabajo ha desdibujado los límites entre la vida laboral y la personal, con efectos negativos en la salud mental, por lo que la vuelta a la oficina puede ser un buen momento para reestablecer las lindes y vivir mejor, con las rutinas diarias. Sin duda, tu bienestar físico y mental te ayudará a suavizar el cambio.
Reevalúa la nueva situación
Revisa cómo te ha ido durante el primer trimestre de la puesta en marcha y si ves que algo no te encaja, háblalo con tu jefe para resolverlo lo antes posible.
