Los empleos que están por desarrollarse y las habilidades requeridas para desempeñarlos con éxito; en una palabra, el futuro del trabajo, ha sido uno de los temas centrales de la recién concluida Reunión Anual del Foro Económico Mundial, en Davos. Nada menos que con 13 sesiones dedicadas a estos y otros temas relacionados. Las reuniones de trabajo abarcaron desde cómo abordar la escasez de habilidades hasta los múltiples beneficios del rediseño total de las estructuras organizativas. Conclusiones como que en una perspectiva económica mundial incierta, la escasez de habilidades digitales podría ralentizar la transición ecológica, mientras que impulsar la inversión en el trabajo de cuidados sociosanitarios podría ayudar a la recuperación económica mundial; o que no todos podemos trabajar en el metaverso, por lo que debemos valorar el trabajo esencial e invertir más en atención y educación para permitir que las sociedades funcionen, son solo dos de las claves apuntadas. Veamos algunas otras.
Según los expertos de Davos, la inversión en tres instituciones sociales fundamentales (educación, atención médica y social) reiniciaría el motor de la movilidad social en todas las economías, cubriría una demanda hoy insatisfecha de cuidados sociales, aumentaría la calidad de los sistemas educativos y, en última instancia, impulsaría el crecimiento. Así lo refleja el documento Jobs of Tomorrow: The Triple Returns of Social Jobs in the Economic Recovery.
“Los trabajos sociales crean resiliencia e impulsan la movilidad social, preparando a los trabajadores para futuras crisis y formando a las sociedades para un ciclo virtuoso de desarrollo del capital humano”, asegura Saadia Zahidi, Directora General del Foro Económico Mundial.
Incorporar a más mujeres al mercado laboral
Además, el efecto multiplicador del cuidado ayudaría a cerrar la brecha de género, particularmente en las economías en desarrollo, ya que permite que más mujeres ingresen al mercado laboral y los trabajos de cuidado tienden a ser mayoritariamente femeninos.
“El envejecimiento de la población en muchos países desarrollados significa una demanda real de más trabajadores del cuidado social”, explica Nicolas Schmit, Comisionado de Empleo y Derechos Sociales de la Comisión Europea, “y es un desafío encontrar personas para realizar trabajos esenciales. Más que una cuestión de salario, es una cuestión de valor en nuestra sociedad. ¿Cómo considera la sociedad ciertos trabajos, ciertas profesiones y ciertos cursos educativos?”.
El reciente informe Women @ Work Report 2022, de Deloitte, ha sacado a la luz que el agotamiento y la falta de flexibilidad se encuentran entre las razones por las que es más probable que las mujeres busquen más trabajo este año que el pasado, pues se vieron afectadas de manera desproporcionada por la pandemia a nivel mundial, al ser más habitual que desarrollen su actividad en los sectores sociales.
“Aunque las mujeres están igual de calificadas y educadas o más que los hombres, están subrepresentadas en un 20%. Y los empleadores entienden ahora que deben atraerlos”, comentó durante las reuniones de Davos Jonas Prising, presidente y director ejecutivo de Manpower Group.
Impactos de la brecha de habilidades digitales
La pandemia aceleró el cambio a lo digital, y ahora la Gran Renuncia, o la Gran Reevaluación, como prefiere denominarla el CEO de Adecco Group, Alain Dehaze, ha aumentado la escasez de habilidades.
Debe de haber una recapacitación masiva de la economía digital para satisfacer la demanda, y las empresas no están haciendo lo suficiente. Lo que también está frenando la transición verde y el cambio hacia una economía digital.
Cuando se habla de vehículos eléctricos, se menciona la economía digital; cuando se discute acerca de la transición energética, lo mismo; cuando se plantea el paso a una economía sostenible, todo está impulsado por la digitalización. No se trata solo de automatizar procesos, se trata realmente de crear nuevas plataformas, nuevos negocios, lo que ha aumentado la demanda de tecnologías. Y dado que pasar a una economía digital es uno de los futuros motores del crecimiento económico, al no existir suficientes habilidades, se está ralentizando la transición verde.
“Estamos tratando de entender qué capacidades se necesitan realmente. Y si ese talento se puede encontrar interna o externamente. En una palabra, ¿es suficiente el mercado local para cubrirlo? ¿Cuáles son algunos de los cambios demográficos que se avecinan?”, comenta Aiman Ezzat, director general de la consultora tecnológica Capgemini. “Y una vez que sabemos eso, lo estamos traduciendo en rutas de aprendizaje para las personas, por lo que estamos tratando de desglosar el gran titular de la escasez de talento y las necesidades de mejora de las habilidades en hojas de ruta reales para los diferentes perfiles de trabajo”.
Diseñando el futuro del trabajo
Porque muchos de los trabajos del futuro estarán arraigados en la transición energética, “y aquellas economías que no entiendan la lógica de la transición verde se quedarán atrás”, ha asegurado el Ministro de Finanzas de Suecia, Mikael Damberg.
Está claro que la transformación industrial verde es lo más atractivo que se puede ofrecer a las generaciones más jóvenes. Pero también necesitamos un cambio de paradigma en la forma en que operan las organizaciones, dijeron dos de los panelistas. Solo el 20% de los trabajadores está comprometido, lo que conduce a una menor productividad y una mala salud, por lo que se deben crear condiciones de trabajo en las que las personas puedan aprender todo el tiempo, argumentó Jos De Blok, fundador de la organización pionera de atención médica holandesa, Buurtzorg.
Es preciso aumentar la flexibilidad, permitiéndoles decidir cómo quieren aprender y contribuir Porque el pensamiento “de arriba hacia abajo” ha causado mucho daño a la salud mental: “Si cambiamos las condiciones, la gente será más feliz… y se puede aumentar la productividad en un 30%”, dijo Ezzat, para quien “las empresas también tienen que pensar diferente sobre el talento, lo que requiere una “evolución completa en términos de enfoque de liderazgo”.
“La fuerza laboral se ha vuelto mucho más fluida; la nueva generación quiere decidir cómo será su futuro. Y hemos de originar un entorno de trabajo híbrido mucho más flexible, que tenga mayor empatía, que se preocupe por las personas. Menos decirles qué hacer, y más capacitarles”, concluyó el director general de Capgemini.
Puedes descargar el informe completo surgido de las 13 sesiones de trabajo de Davos pulsando el siguiente enlace:
