Según la fórmula del valor de la persona del formador y conferenciante experto en motivación Víctor Küppers, V= (c+h)*a, la c es conocimiento, la h es habilidad y la a, actitud. En esta fórmula, la c y la h suman, pero la a, multiplica. Precisamente, las empresas se han empezado a fijar en esa a, puesto que, actualmente, más de la mitad de las compañías valoran la actitud por encima de la formación de sus trabajadores, según indica el «Primer Informe Etalentum», que compara las opiniones de más de 1.000 empleadores y empleados sobre el entorno laboral.
Y es que, para el 52 % de las empresas encuestadas, lo más importante es tener una actitud positiva y una buena predisposición al trabajo, ante un 6 % de los directivos consultados que prioriza las titulaciones y un 38 %, que opta por la experiencia.
Sin embargo, el 41 % de los trabajadores encuestados piensa que la empresa valora la experiencia profesional, seguida de la actitud (por un 24 %) y de la formación (por un 19 %).
15 de 15
Si tenemos en cuenta el último informe «The Future of Jobs» que el World Economic Forum (WEF) realiza cada lustro, de las 15 habilidades que identifica como las más demandadas y necesarias para 2025, la mayoría de ellas, están relacionadas con la actitud de la persona, una disposición que, si no se tiene, se puede aprender.
- Pensamientos analítico e innovación (enfoque innovador).
- Aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje.
- Resolución de problemas complejos.
- Pensamiento crítico y análisis.
- Creatividad, originalidad e iniciativa.
- Liderazgo e influencia social.
- Uso, seguimiento y control de la tecnología.
- Diseño y programación de tecnología.
- Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad.
- Razonamiento, resolución de problemas e ideación.
- Inteligencia emocional.
- Solución de problemas y experiencia del usuario.
- Orientación al servicio.
- Análisis y evaluación de sistemas.
- Persuasión y negociación.
Falta de comunicación o de escucha
Resulta una paradoja que empresas y trabajadores sepan, a veces, tan poco de lo que espera uno de otro, ya que los trabajadores siguen sobrevalorando los títulos académicos y la experiencia que, aunque son importantes, lo son menos que antes”, afirma Jaume Alemany, cofundador de Etalentum.
Para Alemany, «la inteligencia colectiva que surge de la colaboración de los trabajadores es cada vez más importante para las organizaciones, por lo que muchas empresas, en sus procesos de selección, valoran ya la actitud sobre otros factores, lo que se corrobora en esta encuesta”.
A la hora de elegir empresa y en cuanto a los aspectos que atraen a un trabajador, tampoco coinciden ambas partes. De hecho, mientras que los directivos encuestados creen que las buenas condiciones laborales (un 89 %) y las políticas de conciliación (un 69 %) son los más valorados por los candidatos, el 86 % de los profesionales defiende que el sueldo, las horas y la organización del trabajo son importantes y para más del 54 %, que la empresa sea estable.
Respecto a la formación, aunque el 49 % de los candidatos a un puesto considera importante que la empresa facilite formación, solo un 29 % de los directores de recursos humanos cree que este sea un valor diferencial en la oferta laboral para las personas que aspiran al trabajo.
En algo que sí coinciden es en reconocer que en los procesos de selección se valora poco que la empresa sea socialmente responsable (lo destaca solo un 12 % de los encuestados) o que aplique políticas de igualdad (con un 6 %), un grado de relevancia que para las empresas consultadas es aún menor.
De fuera a dentro
El tan ansiado buen clima laboral que persiguen los trabajadores parece que está más en la cabeza de las empresas, cuyos directivos lo piensan en un 89 %, que en la de sus plantillas, donde disminuye a un 57 %. Como segundo elemento más importante para un empleado, las empresas apuntan al reconocimiento de sus logros (con un 49 %), mientras que los trabajadores piensan en que el trabajo sea estimulante (un 41 %).
Si para las empresas, el compromiso, la profesionalidad y la capacidad de adaptación son tres aspectos importantes, los trabajadores piensan que lo primero que se evalúa de ellos son sus competencias para resolver problemas, así como su capacidad para amoldarse al nuevo puesto o a una nueva situación.
Mejor selección y tiempo para la inteligencia emocional
Del informe de Etalentum también se desprende la demanda de mejorar los sistemas de reclutamiento. Los candidatos no quieren que las empresas jueguen al Quién es quién y les gustaría que las áreas de RRHH no cayeran en prejuicios ni estereotipos y que evitaran sesgos en los procesos de selección, así como que no encasillasen a los candidatos por trabajos anteriores.
El deseo por parte de las empresas es el de tener tiempo para poder evaluar la inteligencia emocional o las habilidades blandas de los candidatos, como su capacidad de comunicación, el liderazgo o la empatía.
Y todas estas habilidades se pueden aprender y mejorar. Como dice Küppers, el estado de ánimo se puede trabajar a través de las herramientas de la psicología positiva para conseguir ser «una bombilla a 30.000 vatios», en vez de «una bombilla fundida».
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