Comprometernos con la Diversidad para ser más verdes, sostenibles, inclusivos y sociales

Redacción4 marzo 20216min

Siempre me llamó la atención una frase de Eleanor Roosevelt que rezaba en un cuadro junto a mi mesa de trabajo, “ha llegado el momento en el que las mujeres deben ayudar a su país”. Yo me estaba estrenando como consultora y esa frase me hizo reflexionar. Entendiendo el contexto y la necesidad de ocupar a este colectivo fuera de sus labores habituales, se necesitaba profesionalizarlas para atender trabajos hasta el momento masculinos y abría la puerta a un reconocimiento de la capacidad intelectual y manual de unas personas que principalmente realizaban funciones de cría y cuidado del hogar.

Han pasado muchos años desde aquel momento, pero al mirar las estadísticas vemos que aún queda un largo camino por recorrer. Muchos países, culturas, sociedades, limitan el crecimiento de las mujeres, por considerarlas personas sin valor.

Mirando nuestro propio entorno, aún es la mujer la que tiene una responsabilidad esencial en las tareas del hogar, lo que implica que duplica su función profesional con la función del hogar. Fijándonos en nuestros políticos, contamos con un 22% de alcaldesas, y un 30% y 46% en representación dentro de las Comunidades Autónomas, Congreso y Senado. Un índice que según refleja el INE, ha crecido en los últimos años.

Contamos con un 37% de mujeres empresarias, un 27% de mujeres consejeras, un 34% de altas directivas y directivas, pero el empleo femenino junto al juvenil ha salido mal parado de la pandemia.

Si según uno de los estudios de Right Management, las empresas con alto porcentaje de mujeres en cargos directivos o con ejecutivas al frente, cuentan con mejor rendimiento en el precio de sus acciones, muestran más ganancias en su capital, tienen menos deuda y mejoran el nivel de conflictos; ¿por qué nos cuesta tanto avanzar en ese desarrollo de la diversidad en el que nuestras compañías tienen mucho que ganar?.

La pandemia, como bien sabemos todos, ha acelerado una transformación necesaria de readaptación a la nueva economía con un ideal de avanzar hacia un mundo más equilibrado, más sostenible y con una sociedad más justa.

Necesitamos disponer de un equilibrio de fuerzas que permita contar con el mejor talento independientemente de su género, raza, edad, modo de pensar…, es esa diversidad la que de verdad nos permitirá establecer las bases de una sociedad comprometida, que sepa entender al otro.

Hace algunos años, presentamos en el Foro Económico Mundial de Davos, un estudio sobre el liderazgo necesario para la nueva época en la que es indispensable poner a la persona en el centro, trabajar con los miedos y la incertidumbre, y sobre todo integrar los diferentes entornos.

El momento actual obliga a poner ese modelo en marcha, de tal modo que aceleremos el rendimiento, nos atrevamos a liderar y liberemos el talento de las personas que se levantan cada mañana esperando crecer a través de su empleo y sentir que son útiles a la sociedad.

Las mujeres deben también dar un paso al frente, poniendo en valor sus fortalezas. Uno de los programas que más trabajamos es, “7 pasos de inclusión consciente” donde el primer paso se dirige a nuestro propio cambio individual, nuestro diálogo interior, de cómo nos percibimos, de nuestras creencias y la mejora de autoestima. Esa pregunta de ¿por qué no?, ¿qué puedo perder?, es la base de todo. Necesitamos creer que el riesgo merece la pena.

Pero en esos siete pasos, no sólo vale la voluntad individual de una persona, también es importante el compromiso de la dirección y de la compañía entera para acompañar la transformación. Sólo las empresas que basan sus procesos en la meritocracia, están dispuestos a descubrir talento más allá de los estereotipos. Está comprobado que las mujeres necesitan mucho más las conversaciones de carrera para construir su futuro, y sin embargo los líderes las evitan en la mayoría de los casos.

Atreverse a liderar implica tomar decisiones valientes, aprovechar las oportunidades asumiendo riesgos, desafiar lo evidente y el “siempre se ha hecho así”, fomentar la innovación, confiar en sí mismo y en los demás, ofreciendo un propósito y una visión compartida. Atreverse a liderar, también implica atreverse a tener conversaciones difíciles, asumir opiniones que no son como la nuestra, recibir feedback, ser humilde, curioso, afrontar el miedo a lo desconocido y navegar la incertidumbre.

Claramente las mujeres tienen competencias naturales que favorecen su liderazgo en el momento actual, pero sería pretencioso decir que serán mejores. En absoluto, pero hoy más que nunca debemos evitar el riesgo de perder talento valioso, de perder líderes valiosos/as simplemente porque no podemos identificarlos/as dentro de nuestra organización, porque no les hemos enseñado a dar el paso, a atreverse, a confiar. A partir de ahí, como organización debemos acompañarles para que crezcan seguros/as, sanos/as, implicados/as en el propósito para conseguir organizaciones sostenibles, equilibradas, en las que la palabra diversa desaparezca porque es la esencia.

Entonces no será el momento en el que las mujeres deban salvar a su país, sino que el Talento conseguirá construir una Sociedad más justa en un entorno más sostenible y en paz con el planeta.

Artículo escrito por Mª José Martín, Directora de Talent Solutions.


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