¿Cómo serán las oficinas pos-Covid-19?

Redacción9 julio 20208min

Cada vez son más las compañías que buscan posicionarse como un empleador deseable concediendo una gran importancia al diseño y experiencia de su lugar de trabajo, estos esfuerzos se pondrán aún más en valor tras el período de “reclusión laboral” provocado por el Covid-19. Con la era post coronavirus, ¿qué esperan y desean los profesionales de su lugar de trabajo 4.0?

El informe “Smart Workplaces”, realizado por Robert Walters, ha extraído los siguientes hallazgos de su última encuesta, realizada a empresas y profesionales de diferentes áreas y sectores en España:

Un espacio que respire innovación, colaboración, concentración e inspiración

Los profesionales encuestados atribuyen a un lugar de trabajo atractivo y actual las siguientes cualidades: un diseño innovador y amigable; que facilite la colaboración con los compañeros de trabajo; un entorno que inspire a trabajar, relacionarse y generar nuevas ideas; con suficientes asientos y zonas para reunirse; con salas para tomar descansos y áreas que permitan la concentración; un lugar donde los empleados tengan disponibles las últimas tecnologías.

A cada empleado le incentivan factores diferentes en su entorno laboral. Hay profesionales que son más productivos en espacios silenciosos o ruidosos, en su oficina o en su casa, en espacios abiertos o cerrados. Si bien es cierto que dependiendo de la naturaleza o sector de la empresa, y de las dinámicas de trabajo de los equipos que la conforman, hay ciertos diseños que encajan mejor que otros.

“Por ejemplo, los profesionales del sector tecnológico suelen ser más favorables a espacios abiertos o semiabiertos, mientras que los profesionales del sector de ingeniería y legal prefieren trabajar en espacios compartimentados por sus dinámicas de trabajo. Más allá de estas diferencias sectoriales, lo ideal es conocer la opinión de la mayoría de los empleados de la empresa a partir de los departamentos de RRHH, y a partir de ahí intentar ofrecer espacios de trabajo acordes a sus necesidades”, comenta Alberto Muñoz, Director en Robert Walters.

Ni abierto ni cerrado, los espacios semiabiertos, la opción preferida por el 68% de los profesionales

7 de cada 10 profesionales encuestados prefiere trabajar en espacios semiabiertos – una combinación entre open space y salas cerradas – un porcentaje que se alinea plenamente con el 71% de las empresas que cuentan con este diseño en sus oficinas.

Por otro lado, el 24% de las empresas ofrece espacios plenamente abiertos o un diseño open space – aquel en el cual no existe una separación visual entre los diferentes espacios de trabajo – un porcentaje que se acerca en gran medida al 20% de profesionales que desea trabajar en oficinas con esta disposición.

En la actualidad, los espacios totalmente cerrados o compartimentados son los menos populares ya que sólo el 5% de las empresas ha elegido realizar esta distribución para sus oficinas, y apenas 1 de cada 10 profesionales quiere trabajar en este tipo de entorno laboral (12%).

Los 3 espacios funcionales más valorados: salas para trabajar en equipo; cabinas para llamadas telefónicas/videoconferencias y salas de innovación

Los tres espacios funcionales más valorados por los profesionales encuestados son las salas para trabajar en equipo (64%), las cabinas para hacer llamadas telefónicas o videoconferencias (50%), y las salas de innovación y nuevas tecnologías (46%). Mientras que un porcentaje significativo de empresas cuenta con salas para trabajar en equipo (77%), cabinas telefónicas (31%) y salas de innovación (14%) se muestran como las asignaturas pendientes. El 6% de las compañías encuestadas no ofrece ningún tipo de espacio funcional.

“Los espacios semiabiertos son los que permiten en mayor medida la creación de diferentes zonas funcionales dentro de una oficina. Este tipo de áreas-propósito posibilitan a su vez la r(evolución) hacia un entorno inteligente porque en ellas se pueden conciliar personalidades y estilos de trabajo distintos: el profesional que necesite trabajar en un espacio diáfano y comunicativo dispondrá de un open space; aquel que necesite un entorno cerrado para concentrarse en una tarea contará con una sala dedicada a este fin; aquel profesional que necesite un lugar para facilitar la generación y el intercambio de ideas tendrá una sala de innovación y nuevas tecnologías; cabinas telefónicas para aquellos que necesiten realizar una llamada sin incomodar a sus compañeros de trabajo… Un diseño de oficina que ofrezca áreas funcionales acordes a su variada plantilla resultará un verdadero smart workplace ya que suplirá las diferentes necesidades de sus empleados. Según la naturaleza y sector de la compañía, los tipos de perfiles de empleados y estilos de trabajo serán diferentes pero de cualquier manera, alinear las preferencias de la plantilla al diseño del espacio de trabajo favorecerá la atracción y retención del talento, la productividad y un buen clima laboral”, expone Ignacio Sánchez, Senior Manager en la división de Construcción, Inmobiliario e Infraestructuras de Robert Walters.

“Construir un entorno inteligente no se limita a ofrecer un espacio atractivo visualmente. Además de un diseño moderno, se han de crear espacios heterogéneos y funcionales que vayan acorde a los nuevos modelos, valores y prácticas de trabajo, así como adoptar las tecnologías que sean necesarias”, continúa Ignacio.

Y….El hot desking, el concepto aliado con la flexibilidad laboral

Más allá de las preferencias de profesionales y organizaciones, los espacios abiertos o semiabiertos han demostrado crear una atmósfera de mayor colaboración entre empleados de distinto nivel funcional, generacional y profesional, especialmente si se incluye el concepto de hot desking. Al 64% de los profesionales encuestados le gustaría contar con este tipo de sistema, por el contrario, tan sólo el 17% de las empresas lo ha incorporado por el momento. Entre sus principales ventajas destaca el ahorro de costes en espacio de oficina, su compatibilidad con los modelos flexibles de trabajo, y la proximidad: todo empleado se siente cerca de los demás miembros del equipo, rompiéndose así un gran número de barreras de comunicación. La contrapartida es que los niveles de ruido pueden resultar molestos para aquellos profesionales que tratan de concentrarse en una actividad compleja.

“El sistema de hot desking se basa en la teoría de que nunca va a ser necesaria una mesa de trabajo para todos los empleados de la plantilla al mismo tiempo: ciertas personas estarán rotando por las salas de reunión, trabajando desde sus casas, viajando por trabajo, en una reunión externa o tendrán diferentes horarios laborales de entrada y salida. En consecuencia, en este tipo de entorno laboral no se dispone de un escritorio por persona sino que habrá en torno a un 25% menos de mesas de trabajo respecto al número total de empleados. Se trata de un sistema todavía minoritario (tan solo el 17% de las empresas ha incorporado el concepto de hot desking en el diseño de sus oficinas), pero se considera que este tipo de organización experimentará un aumento en los próximos años tras la estandarización de los modelos flexibles de trabajo”, finaliza Alberto.


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