Este síndrome, según explica, Jorge Bueno, responsable de Psicología de EVER HEALTH se caracteriza por una serie de síntomas que afectan al ajuste en los ámbitos laboral, familiar y social. En algunos estudios se identifica a esta sintomatología como “depresión”, lo que desde un punto de vista clínico es incorrecto, “debemos interpretar esta denominación como un vocablo del lenguaje coloquial que hace referencia a un estado de ánimo depresivo, caracterizado por emociones relacionadas con la pérdida y la tristeza”.
Cansancio, irritabilidad, dificultades para dormir o concentrarse, conforman algunos de los síntomas. Sin embargo, apunta Bueno, este malestar, es “pasajero y durará en el peor de los casos unos días, en definitiva, es algo normal, que solo si persiste más de una semana, estamos ante señales que deben ser valoradas junto a un especialista”.
Las personas más vulnerables a experimentar un verdadero malestar y que requerirán ayuda serán aquellas que “se incorporen a un entorno de trabajo bajo presión, aquellas que tengan un menor apoyo social fuera del entorno laboral o aquellas que cuenten con menos recursos personales de afrontamiento”.