Los CEO también necesitan cuidar su salud mental en tiempos de crisis

Jaime Rodríguez18 abril 20229min

Que los directivos están bajo presión constante no es algo novedoso. Sí lo es que dos años de agitación, causada por la pandemia, han llevado sus niveles de estrés cerca del límite admisible. El International Institute for Management Development (IMD) trata el tema en profundidad y sugiere a los CEO formas de abordar este problema.

El organismo educativo suizo comienza analizando los resultados de dos estudios sobre la salud de los directivos, en comparación con la de la población general durante un período de 15 años. Uno de ellos, sueco, CEO Health and Corporate Governance descubre que, en tiempos normales, estos suelen tener una salud mental mejor que el promedio. No en vano, aseguran los investigadores, existe un nivel alto de selección por parte de las juntas directivas, para dar con aquellos candidatos que demuestren tener un grado elevado de resiliencia antes de optar al puesto. Y quienes han luchado con problemas de salud mental se abstienen de solicitar puestos de trabajo de alto nivel porque saben que la presión es enorme.

Sin embargo, el estudio encontró que el 6% de los directores ejecutivos reconoció haber buscado ayuda médica por ansiedad y tensión, mientras que el 3% recabó asistencia médica por depresión. Es un porcentaje más bajo que en la población media, pero muy significativo.

Echarse años encima

El otro estudio, CEO Stress, Aging, and Death, examina las tasas de mortalidad de los CEO en EEUU, y el impacto de las crisis corporativas tanto en su salud personal como en su desempeño profesional. Y encuentra que si una empresa atravesaba una crisis que provocaba que el precio de sus acciones cayera un 30% o más, las tasas de mortalidad de los directores ejecutivos aumentaban y el proceso de envejecimiento se aceleraba; en promedio, nada menos que un año y medio durante ese período. Los investigadores emplean un algoritmo de inteligencia artificial para analizar imágenes de los directores ejecutivos antes y después de crisis graves, y según el IMD parecen 18 meses mayores inmediatamente después del problema.

Y es que la Covid ha desafiado a los altos directivos de todo el mundo como nunca se habían imaginado antes de 2020. Sencillamente no estaban preparados para los nuevos niveles de VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) provocados por la pandemia, y con la situación actual causando aún niveles significativos de interrupción, incertidumbre y malestar geopolítico, los directivos aún no están fuera de peligro.

Debido a las prisas por buscar el minimizar al máximo los riesgos para la salud de los empleados, muchos directivos se olvidaron de la importancia del cuidado personal.

¿Una raza de CEO más resistente?

Como resultado, muchos CEO estaban cansados ​​a finales de 2021; tanto que las juntas directivas tuvieron que ordenarles que se tomaran un descanso y cuidasen de sí mismos. Según la doctora Merete Wedell-Wedellsborg, profesora adjunta de Liderazgo en IMD, una cosa que casi todos los directores ejecutivos tienen en común es que irradian energía porque están motivados para tener éxito. “Quieren marcar una diferencia en su sector y en el mercado en general. Pero durante la pandemia, he tenido cientos de conversaciones con líderes que me han confesado que habían tenido días en los que se sentían no solo cansados, sino exhaustos, y apenas capaces de continuar”.

Para esta experta en el desarrollo de equipos ejecutivos y líderes, en toda crisis las personas pasan por diferentes fases: emergencia, regresión y recuperación.

    1. Cuando un trauma se hace evidente por primera vez, lo que sucede en la primera frase (emergencia) es que aumenta la energía y el rendimiento. Ahí es donde encontramos nuestras reservas desconocidas. Y lo vimos muy claramente con la mayoría de los CEO, que supieron dar un paso al frente.
    2. Pero luego vino una segunda fase. Se llama fase de regresión y es realmente difícil para los equipos y los líderes. Se siente un poco como golpear una pared sin conseguir resultado alguno.
    3. La tercera fase (recuperación) se trata de ver la luz al final del túnel. Comienzas a centrarte en las preguntas importantes de crecimiento: ¿cómo será nuestro futuro? ¿Qué cambios profundos han surgido de las crisis, personal y profesionalmente?
Consejos de salud mental y bienestar

La doctora Merete Wedell-Wedellsborg ofrece cinco pasos prácticos para que los directivos mejoren su salud mental y bienestar:

  • Conversaciones más profundas.
    Una forma de mejorar la salud mental es mostrar por lo que una está pasando. Nadie quiere ser dirigido por un CEO “robot”. El líder actual necesita tener conversaciones personales más profundas, en las que se atreva a compartir y hacer preguntas. No solo el clásico “¿Estás bien?“, sino “¿Pero estás realmente bien?“. Compartir sus propias historias o incluso un “Tuve un día terrible» puede contribuir en gran medida a normalizar la conversación, mostrando a los empleados que nadie está solo luchando con estos sentimientos.
  • Anticiparse.
    Los líderes con mejor desempeño en este momento dedican su tiempo a pensar y hablar sobre lo que sucederá dentro de un año. Y son muy realistas al respecto. No imaginan simplemente el volver al trabajo presencial y adoptar viejos hábitos. Intentan crear un nuevo significado y hacen preguntas como: “¿Cuál ha sido la clave de esta crisis?”, “¿Qué haremos si vuelve a suceder?”, “¿Qué hemos aprendido?”, “¿Cómo podemos movernos más rápido la próxima vez?”. Buscan un sentido realista de optimismo y lo que debería cambiar.
  • Devolver.
    Una de las mejores maneras de ayudar a mejorar su salud mental es ser generoso con los demás, y retribuirles. Esto se ha demostrado repetidamente en la investigación y durante la pandemia. No pocos CEO han invertido tiempo en dárselo a la sociedad, a la lucha medioambiental, a los niños…
  • Entrenamiento de supervivencia psicológica.
    Más de uno habrá imaginado la conveniencia de que existiese algo así como un “kit psicológico de supervivencia ante una pandemia para la gerencia; para ayudar a abordar las necesidades emocionales agudas, la presión y el estrés imprevisto en sus organizaciones. Dichos kits no son un concepto nuevo, y el enfoque se utiliza en unidades de la OTAN y en grandes organizaciones de alta seguridad, en donde pueden ocurrir accidentes graves y la gerencia debe poder manejar reacciones psicológicas significativas.
  • Visitar los ‘santuarios’.
    La doctora aconseja: “Permítete concentrarte en al menos una actividad diaria que te proporcione alegría sana y energía, y recuerda dejar espacio para los demás”. A veces, esos “santuarios” son los primeros a los que renunciamos bajo presión. Los consideramos un lujo. Justo cuando más lo necesitamos, dejamos de hacerlo. Sea salir a correr, hacer jardinería, jugar con el cachorro o hacer pastelería casera.

Para esta especialista en psicología organizacional, también es importante que los CEO se aseguren de tomar descansos del trabajo cuando sea necesario. “Si sale algo positivo de esto”, concluye la doctora Merete Wedell-Wedellsborg, “espero que sea una comprensión realista de hasta dónde se puede empujar a una persona antes de que se rompa. Y si es la mejor persona para dirigir una empresa y se quiebra, eso pone a la firma en peligro, y su trabajo junta directiva es asegurarse de no llegar a ese punto”.

Imagen: 123RF

 


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