Atajando el microestrés en equipo

Maite Sáenz12 julio 20236min
Esa llamada inesperada, el hilo de correos que no para de crecer, la reunión que se alarga… El microestrés anida en cada una de estas interrupciones con las que sentimos que el tiempo se nos va y las prioridades se nos tuercen. A diferencia del estrés, no genera de manera inmediata reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos susceptibles de tratamiento médico, pero su peso acumulativo tiene un impacto directo en nuestro bienestar. Identificarlo es un trabajo de dos: del mando y del empleado. Atajarlo puede incluso involucrar al equipo.

 

Una investigación de HRD Connect realizada por Rob Cross y Karen Dillon, autores de “The Microstress Effect: How Little Things Pile Up and Create Big Problems – and What to Do About It”, explica los tres tipos de microestrés que se pueden identificar:

  • El que agota nuestra capacidad para hacer las cosas. Por ejemplo, descubrir estar ligeramente desalineado en cuanto a funciones o prioridades con respecto a nuestros compañeros de trabajo.
  • El que agota nuestras reservas emocionales. Por ejemplo, gestionar y defender a los demás. Esto crea un drenaje único en nuestras reservas emocionales a medida que manejamos problemas de desempeño, brindamos comentarios críticos o resolvemos conflictos grupales.
  • El que desafía nuestra identidad. Como drenaje u otras interacciones negativas con familiares o amigos. Esto no se debe a que estas relaciones sean tóxicas o disfuncionales, esta forma de microestrés viene con la sensación de que no estamos siendo los padres, hermanos, hijos o amigos que queremos ser al fallar en algunos aspectos.

 

Reuniones de alineación rápida: una estrategia ante el microestrés

 

Si descubre que sus equipos están desalineados en los proyectos de trabajo puede ser buena idea una reunión de alineación rápida antes de que provoque un mayor microestrés para todos”.

 

Años de investigación en ciencias sociales nos dicen que las interacciones negativas tienen entre 3 y 5 veces más impacto que las positivas. Por lo tanto, eliminar incluso unas pocas microtensiones puede marcar una gran diferencia en nuestro bienestar -explican los autores-.

Las reuniones de alineación rápida tienen una duración aproximada de 30 minutos y permiten poner en común las dificultades que el equipo de encuentra a la hora de ejecutar determinadas tareas y compartir las dudas que les surjan en cuando a la interpretación de lo que se espera de su aportación. Su esquema de desarrollo sería el siguiente:

 

  • tipos de microestrésRestablecer el propósito o la importancia del proyecto en una discusión colaborativa:
    • Enfócate en el impacto que genera trabajar juntos como grupo.
    • Apela a objetivos de orden superior que involucren a todos y no sólo a los que exijan cumplir con los fines o plazos de ingresos de la empresa.
    • No las conviertas en discusiones sobre cronogramas y errores, mejor sumérgete en las aspiraciones positivas de lo que el equipo puede hacer, avanzar con compromisos concretos de cada uno de los integrantes y ser claro sobre los problemas a superar.
  • Determinar cómo el trabajo de cada persona (o equipo) está contribuyendo al proyecto general:
    • Identificando los recursos necesarios para cada persona o equipo.
    • Asegurándose de que todos tienen claro lo que el equipo les pide que hagan y lo que suponen que harán los demás.
  • Tener una discusión sincera sobre los obstáculos que impedirían que las personas puedan ejecutar su tarea en los términos deseados:
    • Revisando el tiempo y los recursos disponibles;
    • Evaluando la presión del líder funcional de un miembro del equipo para priorizar otro trabajo.
    • Creando cronogramas y asignaciones más realistas y una ruta de escalada para problemas que están fuera del alcance.
  • Hacer un bosquejo visual de las interdependencias para que queden claras:
    • Capturando visualmente las interdependencias que afectarán el trabajo de otros. No es necesario que sea un diagrama de flujo perfecto, solo un mapa de ruta aproximado para todo el equipo. Dejar la pizarra (ya sea física l o virtual) para cada reunión. (Hay muchas herramientas virtuales para hacer esto, como Miro o Notion, herramientas colaborativas, en las que creas una pizarra compartida con notas adhesivas que todos pueden compartir y modificar).
  • Asegurar compromisos de cada miembro del equipo con respecto al trabajo asignado:
    • Usando los últimos minutos de la reunión para que todos expongan sus expectativas y las acciones que tomarán antes de la próxima reunión.
    • Acordando abrir cada nueva reunión (ya sea en persona o virtualmente) con una revisión de lo hablado en la anterior para identificar cualquier desalineación nueva o que se esté gestando.

Bibliografía: «The Microstress Effect: How Little Things Pile Up and Create Big Problems – and What to Do About It».


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