En España disponemos de un motor económico indiscutible. Un motor que agrupa al 99% de las empresas y da trabajo al 62,5% de las personas en activo. Se trata de la Pyme o micropyme. Dentro de esta catalogación encontramos diversas acepciones, pero lo cierto es que empresas de menos de 200 empleados suponen el mayor porcentaje de actividad económica de nuestro país.
Por otro lado, estamos viviendo un crecimiento, lento y pausado, pero, en definitiva, un crecimiento de las políticas estratégicas de RSE. Las empresas cada vez más asumen que su sostenibilidad pasa por una gestión global con el filtro constante de la RSE. Filtro que les hace ser más competitivas, más rentables.
Los grupos de interés forman la cadena de ADN de las compañías y su implicación, comunicación y satisfacción, hacen que tengamos empresas punteras, top, visionarias y otras que no lo son. Tarde o temprano, estas últimas tendrán que adaptarse o no estarán.
Por último, nos encontramos con una sociedad polarizada, donde podemos ver datos de crecimiento muy interesantes (las previsiones para España en 2017 son del 2,7%) y, a la vez, desigualdades sociales que arrastran a las clases más desfavorecidas hacia el abismo.
En esta situación general y además particular, las empresas tenemos la obligación de conseguir cada mes mejores resultados que permitan crear más y mejores empleos, mejorar la capacidad de pago a proveedores, ofrecer servicios/productos de máxima calidad a los clientes. Esta obligación no queda ahí, pues a la misma vez debemos hacer que el mundo que nos rodea sea mejor. Si el entorno no es favorable, las empresas no conseguirán los objetivos. Así de simple.
Una parte muy importante de esta obligación es trabajar codo con codo con ONL que desarrollen su actividad en la mejora de colectivos desfavorecidos. Todo este trabajo lo podemos denominar acción social. La acción social persigue un único objetivo: Su desaparición. Suena utópico, pero lo ideal sería que desaparecieran las ONL debido a que todas las desigualdades se hubieran corregido.
Dentro de este marco, se está desarrollando un estudio que tiene por objetivo conseguir información de cómo las Pymes españolas están trabajando la acción social, cuyas conclusiones podrá dilucidar vías de actuación y mejora.
Existen estudios que han ofrecido esta visión desde el punto de vista de la gran empresa, pero la innovación del que se está trabajando ahora es poner el foco en el tejido empresarial más numeroso y sobre el que la RSE todavía no ha entrado de lleno.
Para ello, se ha realizado un cuestionario donde no solo se recogen las acciones que se están llevando a cabo, sino que analizará los impulsores y los frenos que, a día de hoy, tiene la Pyme para implantar políticas de acción social.
Un estudio que invitará a las empresas a seguir trabajando si ya han comenzado el camino o comenzar en esta senda.
Artículo escrito por Lucio Fernández, Director RRHH y RSE. Fundación Personas y Empresas.
