por Yoann Artus, Country Manager de PayFit.
La palabra conciliación ha cogido mucha fuerza en los últimos años. No es que antes no existiera, pero sí es verdad que cada vez las empresas y las personas la tienen más en cuenta. Los departamentos de Recursos Humanos son cada vez más permisivos con temas como el teletrabajo, jornadas con horarios flexibles, la adaptación de jornada y/o la reducción de jornada.
Estas fórmulas también generan atracción de talento, que elige un empleo u otro en función de este tipo de características. Hasta ahora era muy habitual que una persona dentro de una pareja solicitase la reducción de su jornada laboral por razones como tener que ocuparse de un hijo recién nacido o de un familiar en condiciones desfavorecidas.
La jornada reducida aporta una seguridad muy grande al empleado en cuanto a la estabilidad del puesto de trabajo, porque es muy complicado que se produzca un despido en estas circunstancias, aunque, por otro lado, va de la mano de una bajada del sueldo debido a ese descuento de horas trabajadas.
Nada de horarios rígidos y presencialidad absoluta
Las soluciones que se están adoptando, muy en línea con la corriente conciliadora que se está practicando, son, sobre todo, la adaptación de jornada y las jornadas con horarios flexibles. En este sentido, la comunicación entre el departamento de Recursos Humanos y el trabajador es imprescindible. Y las empresas son cada día más conscientes: la mejor forma de que los empleados sean productivos es tenerles contentos.
Uno de los factores que más ha influido en el cambio de mentalidad respecto a unos horarios rígidos y de presencialidad absoluta ha sido el Covid-19. Con la llegada de la pandemia, las empresas tuvieron que digitalizarse a la fuerza para seguir funcionando y esto provocó un cambio sin precedentes en el empleo mundial, porque el teletrabajo se ha instaurado como otra de las maneras de atraer el talento.
Por todo ello, es frecuente que haya personas que modifiquen y adapten sus horarios laborales a ciertas necesidades de su vida personal, mediante jornadas intensivas que economicen más el tiempo de trabajo, por ejemplo. Otra opción consiste en adelantar el horario de entrada y reducir el tiempo de comida o implementar una política de horarios flexibles teniendo en cuenta los horarios escolares para facilitar a los padres una correcta atención a su familia.
La mejora de la vida laboral
A nivel legal, hasta el año 2019 la única posibilidad para adaptar la jornada laboral a las necesidades familiares era solicitar la reducción de jornada, con la consecuente bajada de sueldo, pero tras la reforma del Real Decreto 6/2019 del 1 de marzo (apartado 8 del artículo 34): “Las personas trabajadoras tienen derecho a solicitar las adaptaciones de la duración y distribución de la jornada de trabajo, en la ordenación del tiempo de trabajo y en la forma de prestación, incluida la prestación de su trabajo a distancia, para hacer efectivo su derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral”.
Desde que el Real Decreto entró en vigor, los trabajadores tienen la posibilidad de solicitar dicha adaptación de jornada, pero es importante decir que la empresa no está obligada a llevarla a cabo, ya que es un derecho a solicitar, no un derecho a exigir.
A lo que sí está obligada la empresa es a negociar y a justificar su negativa en caso de producirse si tiene causa razonable. Además, debería proponer alternativas a la persona trabajadora que no le causen un perjuicio.
En definitiva, la mejora de la vida laboral de los empleados, solo se puede dar si todos los agentes implicados ponen de su parte, como parece que está pasando. El Gobierno está impulsando medidas para que la conciliación sea más sencilla y las empresas se están dando cuenta de que una de las piedras angulares, para conseguir la motivación, una gran productividad por parte del empleado, es tener al trabajador contento y que esto ya no se consigue únicamente con un buen sueldo.
