La inversión en tecnología en 2019 llegará a los 3,8 billones de dólares, un 3,2% más que en 2018, según un estudio de la consultora Gartner. Este aumento obliga a Gobiernos y empresas a plantearse la cuestión de qué acciones se deben llevar a cabo para sacar el máximo provecho de estas inversiones y obtener beneficios no sólo a nivel interno, sino también para el conjunto de la sociedad. ¿En qué áreas y de qué manera deben implementarse nuevas herramientas tech?
Recursos Humanos es una de estas áreas clave, ya que la implantación del uso de la tecnología en los últimos años ha modificado los procesos de selección y reclutamiento. Remontémonos, por ejemplo, a apenas 20 años atrás, cuando lo frecuente era que las personas fueran físicamente a las compañías para dejar su currículum, y que actualmente ya se considera algo obsoleto gracias a la digitalización.
Pero el aumento del uso de la tecnología aplicada a los Recursos Humanos también genera puntos de mejora. A día de hoy, muchos de los procesos de aplicación a un nuevo puesto laboral no funcionan con efectividad, lo que dificulta una buena experiencia de usuario para el reclutador y para el candidato y convierte la búsqueda de empleo en todo un reto. Por este motivo ya surgen compañías que buscan mejorar precisamente eso, desde la primera toma de contacto hasta la contratación.
Sin ir más lejos, comprobar recomendaciones laborales y diplomas sigue siendo hoy una de las tareas a las que más tiempo y dinero dedican los responsables de recursos humanos y, según una encuesta realizada por Career Builder, el 58% de los seleccionadores constata información falsa en los currículums que recibe en algún momento.
Es en esta línea donde juega un papel fundamental la blockchain, basada en bloques de datos que, unidos, forman una cadena cronológica protegida por criptografía. Constituyen una red difícil de corromper, por lo que esta tecnología disruptiva es un medio seguro para almacenar información ordenada y de manera permanente en una red global de ordenadores.
Por tanto, puesto que la tecnología blockchain promete ofrecer un registro digital inalterable o “rastreado”, se aceleraría y automatizaría la manera en que las empresas comprueban los datos relativos a la identidad de los candidatos y sus competencias. Este proceso no solo mejoraría la correspondencia entre dichos candidatos y los puestos de trabajo, sino que optimizaría el tiempo dedicado a los procesos de selección, un factor particularmente importante para las pequeñas y medianas empresas (PyME), a las que les cuesta encontrar los candidatos que necesitan.
De esta manera, la blockchain eliminaría una etapa entera de las entrevistas de trabajo y tanto las empresas como los candidatos podrían concentrarse en lo que verdaderamente importa, como los objetivos personales, las aspiraciones o la compatibilidad de los candidatos con la cultura de empresa del puesto en cuestión.
Para empezar, el uso de la tecnología blockchain representaría un profundo cambio en la manera en que actualmente se conciben y gestionan los datos individuales. Hoy en día, los datos son recogidos de manera centralizada en plataformas como LinkedIn y después son vendidos a otros usuarios. Pero la tecnología blockchain permitiría crear una red social realmente descentralizada, en la que fueran los propios usuarios quienes controlaran sus datos de manera individual. Estas características podrían ayudar a trabajadores a arrancar mucho más rápido en nuevos empleos y a simplificar aspectos burocráticos o que requieren mucho tiempo.
Por otro lado, un currículum blockchain permitiría también una mayor protección contra el fraude. Desde que nacieron las plataformas digitales de contratación, a menudo los cibercriminales se hacen pasar por empresas o agencias de contratación con el objetivo de acceder a los datos de los candidatos. Por lo que, gracias a ese total control sobre la propiedad de sus datos, un currículum blockchain también protegería a los candidatos de los ciberataques.
De la misma forma, esta tecnología permitirá establecer contratos inteligentes y automatizados, que se activarían al cumplir ciertas condiciones. Con esto, nos ahorraríamos nombres de usuario, contraseñas, modelos de e-mails, o check lists, que a menudo utilizamos cuando empezamos en un nuevo trabajo, lo que se traduciría en rapidez, transparencia, y descentralización.
Y por último, pero no por ello menos importante, la tecnología blockchain podría transformar radicalmente la manera en la que las empresas pagan a sus trabajadores. Para los empleados que trabajan en empresas internacionales con sede en el extranjero, cobrar el salario a fin de mes puede suponer un problema: variaciones de tasa de cambio o transferencias internacionales son procesos largos y tediosos. El blockchain podría permitir pagos instantáneos a través del uso de criptomonedas como medio de pago indirecto. Esto no significa que el sueldo lo reciban en esta moneda, sino que se usaría como elemento para cambiar de divisa y el trabajador recibe el sueldo en su divisa local.
Queda claro que, en el mercado laboral, la blockchain aplicada tiene un largo recorrido por delante, ya que permite el seguimiento de las interacciones entre candidatos y empresa en materia de Recursos Humanos, en procesos como la contratación o los pagos. No obstante, antes de hablar de revolución tech, deben producirse dos hechos: que se creen nuevas leyes y normativas que garanticen su uso y protejan la vida privada de los usuarios y que esta tecnología empiece a usarse a gran escala por parte de empresas e instituciones públicas. Pero, ¿por dónde empezar? Comenzar utilizando pequeñas aplicaciones de uso único, como el proceso de contratación o el sistema de pagos, es una buena idea para tantear la blockchain. Porque ya no es cuestión de preguntarse si esta nueva tecnología podría cambiar radicalmente las reglas del juego, sino cuándo lo hará.
