En los últimos años la digitalización de las empresas se ha ido potenciando significativamente con el avance y el desarrollo de nuevas tecnologías. Sin embargo, no es ninguna novedad, reconocer que este proceso se ha visto acelerado por la llegada del coronavirus. Si bien antes ya las empresas valoraban positivamente las facilidades y comodidades en la optimización de procesos que las tecnologías podían aportarles, ahora no solo las valoran, si no que han abierto los ojos a la digitalización, de manera que el valor se ha transformado en necesidad. Las empresas de hoy necesitan estar a la vanguardia de este cambio dentro del paradigma de los negocios: el teletrabajo, la colaboración en la nube, las reuniones virtuales, webinars, la firma electrónica, etc. Nos hemos ido poco a poco adaptando a todos estos nuevos escenarios empresariales, pero apremia cada vez más dar el salto a la digitalización al 100%.
Ya nos hemos descargado el Zoom y el Teams, quizá incluso hemos instalado un sistema de control horario online, y ya estamos trabajando con total normalidad nuestros documentos en la nube o en algún tipo de plataforma colaborativa online. Pero ¿seguimos copiando y pegando la firma? ¿Aún vamos a la oficina a oficializar bajas o firmar las vacaciones? La firma electrónica, pese a lo que muchos puedan pensar, es un eslabón indispensable de la transformación digital. Su integración con el resto de los procesos que ya estamos digitalizando, no solo agilizará nuestro trabajo, sino que lo hará más seguro y le aportará una validez legal que quizá no estamos contemplando con suficiente atención.
Con este motivo, Quodem, consultoría orientada a ofrecer servicios de implementación de soluciones para la transformación de las empresas, celebraba hace unas semanas un webinar junto su colaborador Validated ID para hablar de las múltiples funcionalidades de esta herramienta. Mientras Quodem oferta la firma electrónica como tal, Validated ID es la empresa que da una validez legal a toda la documentación que se trabaje a través de esa herramienta. Esto hace que las empresas que contraten este servicio cuenten con un respaldo de un segundo, e incluso un tercero, que funcione como prestador de confianza para aportar transparencia y seguridad a todo este tipo de procesos de carácter jurídico.
Este es un factor fundamental para la firma digital de documentos, y en muchas ocasiones, una de las mayores preocupaciones de las empresas para mudar sus procesos al mundo digital. Pero hay que saber exactamente quién y cuál es el integrador más adecuado, y cuáles son las ventajas que nos aportará esta integración, para llevar a cabo nuestro paso al nuevo universo empresarial, a un universo totalmente digitalizado end-to-end. La firma electrónica, sin duda, a pesar de ser quizá una de las herramientas menos populares de la transformación digital, tanto por su sencillez así como por la robustez del rito tradicional de papel y boli para oficializar la gestión documental, es una palanca ineludible de esta. Biométrica o remota, esa es la única elección posible, y es que el hecho de que no podamos desplazarnos y/o tengamos que trabajar a distancia, ha hecho que la firma electrónica esté de moda. Contratos, autorizaciones, formularios… Estos y todos los tipos de documentos que podamos imaginar pueden gestionarse de manera totalmente segura y con validez legal, con una transformación digital end-to-end que solo es posible gracias a la firma electrónica.
Artículo escrito por Justo Barco, Consultor de firma electrónica en Quodem.
